POSADAS. Días atrás, un bebé de siete meses debió ser atendido en el hospital Madariaga porque tragó un aro de su mamá -un aro colgante con dos flores y un gancho- que se alojó en la vía aérea del lactante. El pequeño paciente fue llevado de inmediato al nosocomio por su madre y los médicos pudieron sacar el objeto sin inconvenientes. Según reveló la responsable del Servicio de Gastroenterología del hospital Madariaga, Giovanna Porfilio Gularte, en ese nosocomio atienden dos casos diarios de personas que tragaron o aspiraron objetos extraños. Entre los objetos extraños (así se denominan a los objetos alimentarios o no, que se aspiran o ingieren por la boca, la mayoría de las veces en forma accidental. Frecuentemente quedan localizados en el tracto digestivo superior), el que protagoniza la mayoría de estos accidentes son las monedas. Este “liderazgo” de las monedas no se da sólo en Misiones sino también en el resto del país. Así de desprende del recién creado Registro de Cuerpos Extraños de los hospitales Garrahan y Gutiérrez (Buenos Aires) y del hospital de Niños “Dr. Orlando Alassia” (Santa Fe), con apoyo de la Embajada de Italia en Buenos Aires. Este registro es una iniciativa mundial llamada SusySafe y, en el país, ya tiene 500 casos de chicos que sufrieron problemas por ingerir o aspirar monedas, semillas, piedras, bolitas, juguetes, capuchones de lapiceras, huesos de pollo, porotos, pilas, entre otros cuerpos extraños. Dentaduras, huesos y espinas Aunque no se sumó aún a este Registro de Cuerpos Extraños, el hospital Madariaga de Misiones documenta desde sus inicios todos los casos de pacientes que debieron atender por ingesta de cuerpos extraños. Una de las cuestiones que más llaman la atención en la casuística local es que sólo la mitad de los pacientes son niños (y entre estos, la mayor cantidad tiene entre seis meses a tres años) pero el 50% de los que se tragan objetos extraños son adultos. Según la estadística hospitalaria suministrada por el Ministerio de Salud Pública, la mitad de los casos que atienden son personas mayores de edad. A diferencia de los chicos, los adultos rara vez se tragan monedas. La mayoría de los casos de cuerpos extraños en gente grande es por huesos de carne de vaca, de pollo, espina de pescado y prótesis dentarias.“La recomendación general es masticar bien los alimentos antes de tragarlos”, destacó la gastroenteróloga Porfilio Gularte. Y señaló que el consumo exagerado de bebidas alcohólicas incide en muchos de estos accidentes pues “el alcohol aumenta el umbral del dolor por lo que disminuye la sensibilidad y en este marco se puede dar posibilidad de ingesta de alimentos de gran volumen como huesos y bolos alimentarios (carne con cartílago)”. Incluso se registraron reiterados casos de pacientes que -como resultado del exceso de bebidas alcohólicas- se tragaron sus prótesis dentarias, remarcó la especialista.Para prevenir este tipo de sucesos, la médica recomendó a la población no dormir con prótesis dentarias y señaló que “es la situación más común en la que se da la ingesta accidentes de las mismas”, señaló. Sólo el 1% de los casos requiere cirugía De acuerdo a los registros del Madariaga, ocho de cada diez casos de cuerpos extraños se resuelven sin necesidad de intervención médica pues son eliminados en forma espontánea y expulsados con las heces.No obstante, el 20% restante de los casos requieren la intervención profesional inmediata, por el tipo de objeto tragado -punzante o tóxico-. De estos, la mayoría deberá ser extraídos por endoscopía, y sólo el 1% requerirá intervención quirúrgica. “La ingesta se da en forma accidental y en la mayoría se trata de objetos pequeños biselados (monedas, botones), que se expulsan espontáneamente”, comentó Porfilio Gularte. En cambio, advirtió que “los objetos punzantes (como las agujas) o tóxicos (como las pilas) requieren extracción inmediata”. La incidencia de complicaciones varía en un porcentaje próximo al 0,08%, pero puede alcanzar el 35% en el caso de los cuerpos extraños vulnerantes. Según indicó la especialista, “el reto es diferenciar los cuerpos extraños que deben ser extraídos vía endoscópica de aquellos que requieren cirugía, de los que sólo requieren observación”.En la población adulta hay 4 grupos de riesgo: pacientes con patologías esofágicas, alcohólicos, pacientes psiquiátricos y presos.





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