El Tribunal Penal de Eldorado ciudad fijó para el lunes 10 de noviembre próximo el inicio del juicio oral y público para Pablo Schoenfisch (23), acusado por el crimen de su madre, Faustina Antúnez (57) y por herir de gravedad a su padre en el mismo ataque, Arnoldo Schoenfisch (64), la madrugada del jueves 14 de mayo de 2020 en Santiago de Liniers.
Para el debate se citaron en total a 22 testigos, entre los que figuran vecinos y familiares de los involucrados, como así también policías, peritos y médicos legistas del Poder Judicial. Se estableció que serán 7 jornadas, estando previsto que los alegatos y la lectura del fallo se concreten el jueves 20 de noviembre.
Una de las últimas medidas ordenadas por la Justicia en la causa fue una reconstrucción del hecho, para que tanto el Tribunal, como la fiscalía y la defensa del encartado tengan un panorama general y una dimensión de la escena donde fue atacado a balazos el matrimonio. Las pruebas recabadas durante la etapa de instrucción, a cargo del magistrado Roberto Saldaña (Juzgado de Instrucción 1 de Eldorado), fueron suficientes para cerrar la causa a finales de 2022 y elevarla a debate.
Según la investigación, entre las 3.40 y las 4.30 del jueves 14 de mayo de 2020, Pablo Schoenfisch (quien se encontraba junto a su abuela a quien cuidaba esa noche) se habría dirigido a la casa de sus padres, quienes descansaban en una habitación.
Luego se habría calzado unos guantes de lana y disparado con un revólver Smith & Wesson calibre 38 a Faustina en la sien. Su padre se despertó al oír el estruendo y en ese instante lo habría baleado en la cabeza por un disparo de la misma arma. La lesión le afectó el nervio óptico al exintendente de Liniers, al punto de que perdió la visión.
Se cree que el sospechoso dejó el arma en el suelo y volvió a la casa de su abuela donde guardó los guantes en un cajón y se acostó a dormir.
A todo esto Arnoldo llamó por la ventana a su hermano que vivía en una casa cercana. Cuando llegó le habría expresado “Pablito se mandó una macana”.
Llegó la policía y comenzaron las pericias y averiguaciones. En las horas posteriores al hecho el imputado habría intentado desviar la atención al mencionar que podían haber sido “los paraguayos de allá abajo”. Y los investigadores se enteraron a través de diálogos con el entorno familiar que el sospechoso tenía una mala relación con ellos.
Era rebelde y le habían prohibido el uso del automóvil, de la moto, del cuatriciclo y en cierta oportunidad le quitaron el celular, habrían afirmado testigos.
A la empleada doméstica le habría mencionado que “iba a matarlos”, en tanto que a un familiar que fue a verlo a la comisaría donde estaba detenido le habría respondido con un “sí”, cuando este le preguntó si fue él el que les disparó, según trascendió.
Por si fuera poco, las pericias arrojaron que un pantalón y un par de guantes tenían restos de pólvora producto de disparos.
En el juicio debe responder por los delitos de: “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de arma de fuego cometido en perjuicio de Faustina Antúnez y homicidio calificado y por el vínculo en grado de tentativa cometido en perjuicio de Arnoldo Schoenfisch”.











