Refiriéndose al problema de las adicciones desde su orientación no convencional, comentábamos en la nota anterior que el Dr. Deepak Chopra insiste en la necesidad de hacer presente en el ahora la genuina conciencia de perfección que siempre nos habita -como la percibimos en el Yoga-. Y recuerda casos de músicos muy talentosos que, buscando experimentar y transmitir en forma de éxtasis una expresión inspiradora de gozo, se hicieron adictos a drogas como la heroína y cayeron en un modo falso y destructivo de cumplir con el propósito principal de sus vidas, expresando que “esperaban dar con un atajo al paraíso, pero el atajo terminó siendo un desvío a ninguna parte”.
El Dr. Chopra considera que este punto es esencial respecto de las adicciones, ya sean drogas, alcohol, tabaco, juegos de azar, comidas y hasta telenovelas o cualquiera de las tentaciones que se nos presentan a diario, puesto que “la adicción comienza por buscar algo bueno en el lugar equivocado.”
Y a pesar del crecimiento operado en la conciencia de los valores espirituales, “nuestra perdurable orientación materialista ha tenido importantes consecuencias íntimamente relacionadas con la persistencia de las conductas adictivas en la sociedad moderna”.
Es así como, sin suficiente conciencia de la verdadera necesidad de plenitud espiritual, muchas personas, aun desde muy jóvenes, descubrieron varias actividades hiperestimulantes y de “sustitutos que adormecen la sensibilidad de lo verdadero, esa experiencia profunda que Robert Johnson llama éxtasis y que necesitamos tan esencialmente como el alimento, el agua y el aire y, sin embargo, esta necesidad humana básica ha sido poco reconocida en la sociedad occidental contemporánea”.
Si bien en los últimos años hemos avanzado en el reconocimiento del deterioro que causamos a nuestro medio ambiente y en los intentos de revertirlo, al mismo tiempo hemos dejado de asumir nuestras necesidades espirituales, como dice el Dr. Chopra. “En mi opinión el problema de las conductas adictivas es el resultado directo de este desliz fundamental”, por eso, “más que ver a los adictos como seres humanos débiles, o incluso criminales, prefiero verlos como personas que reaccionan de manera autodestructiva, aunque comprensible, al vacío espiritual que existe en medio de la abundancia material”. Y hay más sobre este enfoque en la próxima nota. Namasté.