El sobrepeso y la obesidad mundial crece a pasos agigantados.“Es tan importante o quizás más que el Covid, alertar sobre el peligro de la obesidad”, dijo a PRIMERA EDICIÓN la presidente del Colegio de Nutricionistas de Misiones, Gabriela Reyna Allas. En este sentido, brindó datos alarmantes: “En el 2018 relevamos, a través del Programa de Salud Escolar a ocho mil niños en edad escolar abarcando desde nivel inicial hasta la secundaria. En el relevamiento observamos que sólo en primer grado, el 6% de los niños padecía hipertensión arterial. Además sólo el 17% consumía las porciones de verduras y frutas recomendadas y, en cambio, el 50% de ellos ingerían bebidas azucaradas y alimentos con calorías vacías. A todo esto se le suma que están expuestos a cientos de publicidades semanales de alimentos que no son saludables”, contó.
¿Por qué sigue aumentando?
Según Reyna, los factores que influyen en el sobrepeso y obesidad son diversos, aunque principalmente mencionó dos grandes problemas: la desinformación y el exceso de publicidades de alimentos chatarra. “Todo esto genera un exceso de productos ricos en grasas, azúcares y sodio con altos grados de procesamiento, que ni si quiera están producidos por alimentos sino por productos sintéticos a base de alimentos”, dijo y agregó que “sumado a la reducción de actividad física, son el comienzo de lo que puede desembocar en un problema de sobrepeso”.
Respecto a la cantidad de publicidades que promocionan alimentos ultraprocesados y la falta de información que tiene el consumidor respecto a sus alimentos, la licenciada contó que “durante esta semana hubo un debate muy picante en Senadores respecto a la Ley de Etiquetado Frontal, porque la industria alimentaria no quiere saber nada con esta medida. Sabemos que estas estrategias de comunicación impactan negativamente en los grandes mercados alimenticios y por eso hay una fuerte lucha. Los profesionales de la salud necesitamos frenar esta situación porque si esta situación sigue en aumento, el sistema sanitario no va a dar a basto para contener la cantidad de personas con diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares, porque hay que recordar que la obesidad es la puerta de entrada a una infinidad de otras enfermedades”, alertó.
Respecto a la Ley de Etiquetado Frontal que están impulsando, considera que “va a permitir que la información nutricional sea más accesible al consumidor y les advierta acerca de qué se están llevando a la boca. Es un logo que iría al frente de los productos con alto contenido en grasas, azúcares, sodio y calorías. Obviamente el consumidor es libre de elegir después si comprarlo o no, pero creemos que como están empaquetados los productos hoy en día, no sirve para que las personas entiendan lo que están comiendo. No brindan información clara: está en un lenguaje muy poco entendible, atrás del empaquetado y con una letra súper chiquitita”, sostuvo. Por otra parte, se refirió a la falta de acompañamiento de políticas fiscales respecto a los productos procesados. “Por ejemplo, el tabaco tiene el 80% de impuestos mientras que las gaseosas por ejemplo sólo pagan el 5% de impuestos si declaran tener un mínimo porcentaje de jugo de frutas”, señaló.
Por todo esto, Reyna consideró que “es fundamental no sólo hablar de lo que no hay que hacer, sino también promover los hábitos positivos como el consumo de alimentos naturales y generar el hábito de ir a las ferias que no sólo aporta beneficios a la salud sino que también impacta positivamente en la economía regional”.
Lo barato, sale caro
Es cierto en la vorágine del día a día, la calidad de lo que ingerimos no cabe en las preocupaciones diarias. Sin embargo, para la profesional “todo es cuestión de planificar”. En este sentido, rescató que “lo positivo de la cuarentena fue que al quedarnos más en casa, tuvimos más tiempo para cocinar y, al hacer comidas caseras, nos alimentamos más saludablemente”.
En cuanto a si la comida orgánica o sana es más cara, aseguró que “es un mito”. Porque “obviamente es más cara si la compramos en las grandes cadenas de supermercados, por el packaging y el transporte que implica. Pero si adquirimos estos productos directamente en las ferias, por ejemplo, los alimentos nos van a salir mucho más baratos”, sostuvo. Respecto al tiempo de elaboración de una comida saludable y una poco nutritiva, aseguró que “el mismo tiempo que nos puede llevar hacernos un plato de fideos con crema, nos podemos hacer una ensalada”.
En este sentido, ejemplificó la situación con un sánguche ya que es un alimento que puede ser sano o no, dependiendo los ingredientes: “si al tradicional sánguche con mucho fiambre y aderezos, le agregamos unas hojas de lechuga, tomate y queso, estamos ingiriendo una comida mucho más sana”.
Calorías vacías
Están presentes en aquellos alimentos que aportan mucha energía pero escasos nutrientes. Al consumir estos productos, se ingieren muchas calorías pero una mínima cantidad de fibra, minerales y vitaminas.
Cerró la semana de prevención
Respecto a las actividades realizadas, Reyna dijo que “la provincia volvió a ratificar su compromiso respecto al derecho de la alimentación, esta vez de manera virtual. Fue un ciclo de Webinar muy enriquecedor y abierto a la comunidad con el objetivo de poner al alcance de todos, información científica de calidad respecto a lo que implica una alimentación saludable”. Además, señaló que la posibilidad de hacerlo virtual permitió tener un alcance no sólo local sino también trascendió las fronteras nacionales. “Participaron de Corrientes, Santa Fe y Resistencia”, contó. Por último, agradeció la iniciativa que tomaron desde la Cámara de Diputados para proclamar de interés provincial y municipal todas estas charlas realizadas en esta edición.