Una amplia extensión de la costanera capitalina, en su cuarto tramo, alberga desde ayer 40 especies de lapachos negros plantadas por un grupo de egresadas del colegio Santa María, como iniciativa para conmemorar el Día del Amigo.
Viviana Tiribe, directora de Espacios Verdes y casualmente egresada de la promoción fue parte de la iniciativa que se cumplió el lunes, en una jornada coronada de sol y de muy buenas condiciones meteorológicas.
Junto a ella, un grupo de compañeras que están juntas desde hace al menos 36 años, pusieron manos a la obra junto al personal municipal para “poblar” del árbol símbolo de Misiones una amplia parcela del paseo público que todavía no había sido intervenido .
“Luego de una recorrida e inspección por toda la zona nos encontramos que estos lugares todavía no tenían árboles. Decidimos celebrar la amistad de un grupo de compañeras que en algunos casos estamos juntas desde el jardín de infantes”, contó Tiribe.
“La inquietud surgió en Carolina Cáceres con quien venimos charlando hace un tiempo sobre este proyecto y gracias a la apuesta del intendente (Leonardo) Stelatto se decidió avanzar con la iniciativa de plantar este árbol emblemático para la provincia”, explicó la funcionaria.
“Así como nuestra amistad creció durante 40 años, con el lapacho reflejamos la durabilidad y la belleza de la amistad. Además apuntamos hacia el futuro porque de su sombra pondrán disfrutar las generaciones venideras”, sostuvo.
“Lazos perdurables”
“Somos un grupo muy lindo de compañeras y amigas quienes, pese al paso de los años seguimos juntándonos. Con muchas tenemos un lazo muy fuerte y hace mucho queríamos dejar testimonio de lo que nos une”, contó a PRIMERA EDICIÓN Carolina Cáceres, impulsora de toda la iniciativa.
Entre charlas y mates la invitación a hacer “algo” relacionado con el cuidado del medioambiente siempre estuvo presente entre ellas, y el sábado, charlas de WhatsApp mediante, la idea prosperó. El día elegido nada menos que el Día del Amigo atravesado en el contexto de pandemia y distanciamiento social.
“Nos organizamos para cumplir con todas las exigencias del protocolo de salud y acá estamos”, sonrió la mujer en un alto entre tierra, abono y pala para los árboles.
Para todas ellas, según contaron a este Diario, había que dejar un fuerte testimonio del afecto que las une a todas con lazos perdurables.
Sin embargo, más allá de todo el tiempo recorrido siendo amigas, las egresadas de la promoción 1984 también comparten una fuerte consciencia ambiental, y aunque no quisieron anticiparse mucho, por las medidas ante la pandemia, esperan impulsar nuevas y mayores iniciativas ambientales.