“Mi mamá murió porque el novio la mató”. La frase no tiene detalles, la soltó una niña de seis años que intentó salvar a su madre. Que gritó, que trincó una puerta de vidrio con una cacerola, buscando salir del encierro, escapar a la calle para pedir ayuda para Yanina Andrea Benítez (24).
El acusado por este femicidio, Jorge Alberto Gauna (30) fue condenado ayer a prisión perpetua, a por lo menos 35 años de cárcel, hallado culpable luego de tres jornadas de debate oral en el Tribunal Penal 2 de Posadas.
A tres meses de cumplirse seis años del “homicidio agravado por el vínculo”, ocurrido en una vivienda de la calle Brasil en el barrio Unido de Garupá, los camaristas César Antonio Yaya, Gregorio Augusto Busse y Ángel Dejesús Cardozo, oyeron ayer los alegatos del fiscal Martín Alejandro Rau y de la defensora Miriam Gauvry, y determinaron la máxima pena prevista para este delito en el artículo 80, inciso 1, del Código Penal Argentino.
La última jornada se inició a las 8.25 con el alegato del fiscal de Tribunal Penal 1, subrogante en esta causa del TP-2.
Detalló, de pie durante cuarenta minutos, la secuencia del crimen y la vinculación con Gauna, pero también desplegó su postura frente a la estrategia defensiva para aliviar la situación del encartado, la coartada de haber actuado bajo un impulso de emoción violenta que le produjo amnesia momentánea y borró de su cabeza la secuencia de golpes y estrangulamiento para acabar con la vida de Yanina Benítez.
“El 17 de octubre de 2014, pasadas las 23, Gauna tomó del cuello a Yanina sobre la cama de dos plazas y comenzó a estrangularla hasta provocarle la muerte por asfixia mecánica. Producto de tal actividad delictiva, el imputado sufrió lesiones en el rostro, escoriaciones lineales en las dos mejillas y parte del cuello, fueron las heridas defensivas de la víctima, intentaba volver a respirar, sobrevivir”, inició su alegato.
“Gauna abandonó el domicilio. Tomó el único juego de llaves de la casa y al bebé de seis meses que tenía con Yanina Benítez. Abandonó a una niña junto al cadáver de la madre. La menor se despertó a la mañana siguiente y vio a su madre tendida en la cama matrimonial. Rompió el vidrio, golpeó y gritó hasta que la auxilió su abuelo, el padre de Yanina”.
Rau destacó la intervención de Juan Ramón Benítez y sus declaraciones tanto en la etapa de instrucción del expediente como durante la segunda jornada del debate oral. “Escuchamos al padre que encontró a su hija muerta, pero también que recordó que durante la tarde (pocas horas antes del femicidio) lo vio yéndose a su yerno con su automóvil y sin dejar entrar a su casa a Yanina y los dos menores”. Ella acababa de regresar de trabajar. “Cuando la vi en la cama, no tuve duda, fue él, es un cobarde”, citó el fiscal de la declaración testimonial.
“Yanina estuvo hasta cerca de la medianoche en la casa de su padre, esperando que regresara Gauna”, para poder cruzar la calle Brasil e ingresar a su hogar.
La versión del padre de Yanina fue apuntalada en el debate por la voz de una vecina (Valentina Oviedo) quien, durante la mañana del sábado 18 de octubre, oyó los ruidos de la menor intentando escapar y dio aviso al abuelo y a un tío (Sergio Omar Benítez, que también ratificó lo sucedido durante el debate).
Pero, para el fiscal Rau, también fueron determinantes los relatos de la jefe de la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional X en el barrio Fátima y de la oficial que recibió a Gauna a las 10.15 del mismo sábado: “Llegó acompañado por su padre para realizar una exposición y constancia de que había discutido con su pareja y abandonó el hogar alrededor de las 23 de la noche previa con su hijo de seis meses rumbo a la casa de sus padres. Según lo manifestado por la oficial de la comisaría, Gauna solicitó en varias oportunidades que una patrulla fuera a la vivienda del barrio Unido a corroborar el estado de salud Yanina Benítez. La oficial le pidió las llaves y notó que Gauna se puso nervioso. Fue en ese lapso que desde la comisaría Quinta de Garupá avisaban del hallazgo del cadáver”.
Testigo clave
El fiscal destacó del testimonio en cámara Gesell de la niña de seis años. “Murió porque la mató el novio (…) estaba enojado con ella y ya le había dicho: ‘mañana vas a morir’”. La cita de Rau conmocionó la sala de audiencias del TP-2 sobre calle San Martín en Posadas. “Hay que pensar que esta menor a su corta edad, nos presenta la cara de la muerte tal cual ella la percibió, dijo: ‘Cuando la vi acostada en la cama a mi mamá, le hablé, la toqué, le grité y no se despertaba, ahí me di cuenta que el novio la había matado, recordé que él estaba enojado’”.
Rau detalló además, el informe de autopsia y las explicaciones que dieron los forenses: “Yanina tenía puesta una cadenita de plata fantasía que le quedó calcada en el cuello (…) Lo que demuestra el dolo, la saña homicida. Cualquier persona está en condiciones de representar, de saber con claridad cual será el resultado de aplicar semejante fuerza sobre el cuello a otra persona”.
Sobre la salud mental del acusado, aseguró que “Gauna no tenía síntomas de patologías y comprendía la criminalidad de sus actos (..) no actuó por emoción violenta y no existió amnesia temporal”.
“Explotó”
Sobre este punto la defensora de Gauna, aseguró que es “introvertido y que se vio desbordado por la denigración de su pareja, su maltrato, las constantes situaciones angustiantes (…) fue una explosión de emocionalidad (sic) y no recuerda cómo acabó con la vida de ella. No hablamos de un delincuente, sino de una persona que cometió un delito”.
Y solicitó que fuera condenado por el mismo artículo 80 del Código Penal, pero del inciso 10, donde se contempla la atenuación con pena de ocho a 25 años de prisión, ante la ausencia de antecedentes de su defendido.
El Tribunal respondió a las 10.51 condenándolo a Gauna a prisión perpetua por “homicidio agravado por el vínculo” (artículo 80, inciso 1), cuando aún resonaban las últimas frases del alegato fiscal: “Señores jueces hay un pedido de justicia que reclaman las mujeres que como Yanina, día a día, dan la vida (…) les pido que den un claro ejemplo hacia todos, para que no haya ni una menos, para que estos hechos no sucedan nunca más”.
Fundamentos
Tras la lectura del fallo firmado por los camaristas César Antonio Yaya, Gregorio Augusto Busse y Ángel Dejesús Cardozo, se aguardan los fundamentos del mismo que serán leídos el lunes 3 de agosto.