El martes se dieron a conocer los informes de las pruebas PISA del año 2018, donde el país no quedó muy bien parado. En las tres áreas evaluadas -matemática, lengua y ciencias- el país quedó entre los últimos puestos, además de que Argentina se convirtió el país latinoamericano que más empeoró en lectura desde el año 2000.
Los estudiantes argentinos obtuvieron 402 puntos en la prueba PISA 2018 de Lectura: 16 puntos menos que en la primera edición de la prueba, en el año 2000. De esta manera, el país quedó en el puesto 63 de 77 participantes, y a nivel regional, los resultados lo ubican por debajo de Chile, Uruguay, Costa Rica, México y Colombia en todas las áreas evaluadas.
El programa “Primera Plana”, de la 89.3 FM Santa María de las Misiones, se comunicó con Irene Kit, presidenta de la Asociación Civil Para Todos y quien precisamente advierte sobre esta situación.
“Como docentes detectamos que la lectura es un punto que todavía resulta necesario ser fortalecido. Más que hablar necesariamente si es el sector que más empeoró o no, o estar viendo si pasamos del 5 al 7, creo que estos resultados nos están mostrando que la mitad de los estudiantes puede enfrentar un texto y resolver las situaciones que presenta y la otra mitad tiene mucha dificultad para hacerlo“, comentó Kit.
De todas maneras, la docente indicó que en comparación con los demás países del Mercosur actualmente “estamos en la media”.
“Estábamos acostumbrados tal vez a estar un poco por encima, pero han empezado a entrar otros países y se fue modificado la tabla de posiciones. Pero siendo sincera, a mi más que la tabla de posiciones me interesa ratificar, consensuar y seguir construyendo entre todos los que estamos interesados en la educación, una mirada atenta sobre la compresión lectora, como algo que es una responsabilidad compartida a lo largo de todo el sistema educativo, no es un problema de los profes de lengua de tercer o cuarto año, o de los alumnos que rindieron la prueba PISA”, resaltó Kit.
En busca de la solución
Ante estos resultados se abre nuevamente el debate acerca de cuál debe ser punto de partida para cambiar este panorama, o si es posible copiar otros modelos más exitoso como el de China u otros países de la región.
“Hay una idiosincrasia que, sin creernos que somos absolutamente originales e independientes, no tenemos que mirar a los alrededores. El desafío técnico de cómo combinar los factores proactivos en Argentina y neutralizar los factores que complican en ese sentido, es acudir a la experiencia de los países cercanos. Pero la decisión política y técnica de cómo articularlos creo que es nacional, y creo que en el caso de Argentina es federal. Es una decisión que acompaña el trabajo de las provincias y que tiene que ir aprendiendo a convivir con esta hermosa diversidad federal que tenemos“, explicó Kit.
De todas maneras hay otro factor que incide en estos resultados y es la actualidad social.
“Sin duda la dificultad en las condiciones de vida de los sectores más empobrecidos, el nivel educativo de los padres y la falta de disponibilidad de libros en el hogar inciden en los resultados. Pero como educadora y desde la política de la educación me planteo que el gran desafío es ver cómo podemos hacer para fortalecer el sistema educativo, para revertir las desigualdades sociales de origen, porque si no sería cuestión de contemplar las diferencias, la desigualdad, y resignarse a esperar que esta se supere para hacer nuestro trabajo pedagógico. Pero hay mucho para hacer desde el sistema educativo, con todos sus integrantes, todos construimos una especie de atmósfera propicia para el desarrollo de comprensión lectora”
Estadísticas a tener en cuenta
Partiendo de la idea que los exámenes PISA son un diagnóstico para generar herramientas y mejorar, Kit destaca que pese a los bajos resultados, hay varios puntos de apoyo a observar.
Según la presidenta de la Asociación Civil Para Todos, dos tercios de los estudiantes manifiestan muy buena valoración del apoyo que reciben de sus profesores, y que “hay un punto de referencia con el apoyo de las consignas, con las tareas que les dan, en el acompañamiento”.
“También aproximadamente dos tercios de los estudiantes dicen sentir pertenencia por sus escuelas, que es un lugar en donde se sienten bien, lo cual es muy importante también. Y un poquitito menos de ese número manifiesta sentirse apoyado por sus padres en los esfuerzos de aprendizaje”, destacó la docente.
“Otra cosa positiva es que el 36% de los estudiantes que afirma leer por placer, les va mucho mejor en las pruebas de lectura. Esto dice que a dos tercios no les gusta leer o que lo hacen por obligación, pero de estos, la mitad rechaza que leer sea una pérdida de tiempo. Esto quiere decir que por más que no lean por placer, ven que en la lectura hay algo útil y relevante que se puede valorar aunque no les guste hacerlo”, continuó.
“Otro punto de apoyo es que dos tercios de los estudiantes manifestaron conocer de los temas, y de ese número, la mitad se siente en condiciones de explicar temas globales como la igualdad entre varones y mujeres, las causas de la pobreza, la explotación laboral, cambio climático, migraciones y hambre en el mundo, es decir que tenemos estudiantes interesados en las cosas que pasan”.
“A mí me da una alegría ver eso. Quizás el currículum de lectura de secundaria está sobrecargado de contenidos que tienen que ver con cosas que son importantes en los estudios literarios, como las diferencias entre tipos de textos, pero tal vez para muchos estudiantes sean un punto de llegada, y el de partida es que lean temas en los que están interesados“, reflexionó Kit.
Por último, hizo hincapié en que el proceso de comprensión lectora es diferente en cada nivel educativo, y que todos los estudiantes deben recibir apoyo al iniciar la secundaria o la universidad.
“Aun un estudiante egresado abanderado de la escuela secundaria, al iniciar la educación superior, es muy importante que reciba un proceso de alfabetización académica que le permita comprender y familiarizarse con la complejidad de los textos que corresponden a ese nivel educativo, y lo mismo entre primario y secundaria. El desarrollo de la capacidad lectora tiene distinta capas, cuando terminás la universidad y accedés a un posgrado o un doctorado, también necesitás un tiempo para adaptar tu capacidad lectora a ese nivel y complejidad de textos”, cerró.