Cómo le resuenan los proverbios? Particularmente coincido en la idea que expresan y más de uno de ustedes quizás también, esto lleva a que me pregunte: ¿Somos capaces de llevarlos a la práctica en la sociedad en que vivimos?, ¿Cómo son nuestras actitudes y comportamientos cotidianos con el diferente?
Hace dos días conmemoramos el “Día de la diversidad cultural” y por ello traigo esta reflexión.
Los procesos migratorios se dan a nivel mundial, el número de inmigrantes aumenta poniendo a prueba a la sociedad, activando mecanismos que, en mayor o menor intensidad, vemos repetidamente tanto en la sala de mediación como en la calle, ¿qué nos pasa frente al otro, a lo otro?
“La belleza del arco iris radica en sus distintos colores”,
dice un proverbio africano.
Lamentablemente en muchos casos la respuesta viene de la mano de los prejuicios y estereotipos raciales y culturales, de mecanismos de culpabilización del otro, de actitudes de miedo y desconfianza, o etnocentrismo.
“En el cambio reside el bienestar”, dice un proverbio popular árabe.
La multiculturalidad es una evidencia, el desafío está dado por pasar de la coexistencia a la convivencia.
Distinguir estos dos conceptos nos brinda la oportunidad de mirar diferente nuestras relaciones. La coexistencia viene dada en cambio a la convivencia hay que construirla.
Coexistir es vivir en el mismo territorio sin involucrar sentimientos, en cambio convivir requiere aprendizajes, tolerancia, normas comunes, regulación de los conflictos.
Cualquiera coexiste, el verdadero reto es convivir, adaptarnos a las nuevas situaciones, ser flexibles para aprovechar de esa manera, el valor que otro diferente trae consigo y que nos permite crecer.
La interculturalidad está de moda en los círculos académicos, es una palabra que se usa mucho actualmente, cuando hablamos de interculturalidad estamos hablando de relaciones basadas en la convivencia de la diversidad.
Y para que la interculturalidad no sea solo una palabra de moda, o una expresión de deseo, primero hay que conocer al otro, reconocerlo, aceptarlo y, lo más importante, convivir con él. Acercarse sin miedos, es mutua adaptación, no es asimilación.
Marcar la necesidad de unificación –cual fue el objetivo al instituir esta fecha- suena como una acción alentadora, aunque creo más necesario pensar en la pluralidad cultural. La colonización no significa ampliación cultural, no es para celebrar la falta de respeto a la cultura originaria, esto implicaría asimilación y sabemos los resultados que se obtienen, basta con mirar Europa.
Los invito a hacer el esfuerzo por conocer al otro, por mirar sin prejuicios. El resultado bien lo merece: una vida pacífica, digna y solidaria; al fin y al cabo, tanto los de aquí como los de allá anhelamos lo mismo: paz y bienestar. Suena utópico, pero creo firmemente que hay que luchar por las utopías
Me gustaría poner un punto y seguido a estas reflexiones con una frase del escritor Carlos Fuentes: “Muchos problemas y sufrimientos del mundo vienen de la incapacidad del ser humano de imaginar al otro”.
A convivir se aprende. Seamos la sociedad que proclamamos.
Colabora
Valeria Fiore
Abogada-Mediadora
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