MONTECARLO. Los restos del estudiante, y militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) Félix Escobar, quien luego de ser secuestrado el 22 de diciembre de 1976, permaneció en calidad de desaparecido casi 35 años, fueron recibidos el jueves, cerca de la medianoche, por un numeroso grupo de personas en la Rotonda de Montecarlo.Los restos de Félix fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense, que había ya detectado el destino dado a los cuerpos de otros dos desaparecidos misioneros: Eduardo Jensen, estudiante que desapareció en Córdoba y cuyos restos se encontraron en el cementerio de la localidad cordobesa de San Vicente; y Mirta Noelia Coutuné, desaparecida en La Plata.“En la provincia tenemos más de cuarenta compañeros detenidos desaparecidos, que llegan a setenta con los muertos”, destacó a PRIMERA EDICIÓN Graciela Franzen, militante por los derechos humanos y ex presa política durante la última dictadura.El equipo forense había detectado los restos de Félix en diciembre pasado, y el 5 de febrero de este año confirmó a su madre, Adolfina Villanueva (una incansable luchadora que fue una de las primeras madres de desaparecidos en presentar un hábeas corpus a favor de su hijo, y que inició con su denuncia el juicio que hoy se sigue por la desaparición de Félix) que los restos encontrados en el cementerio municipal de La Plata efectivamente coincidían con las muestras genéticas aportadas por la familia Escobar.El cuerpo de Félix estuvo enterrado como NN desde el 13 de enero de 1977 luego de ser ejecutado por fuerzas del Ejército argentino en la madrugada del 6 de enero de 1977, en un simulacro de traslado en el que fueron asesinados además los dirigentes Dardo Cabo y Roberto Rufino Pirles, sacados del penal de La Plata, y otros presos políticos, retirados, se presume, del centro clandestino de detención que funcionó en la Comisaría 5° de esa misma ciudad. Antes de la remisión de los restos hacia Misiones, Félix junto a otros desaparecidos identificados de La Plata fueron homenajeados por la Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires. El hallazgo y la identificación de los restos de detenidos desaparecidos, que se debe a la tecnología y al compromiso del Equipo Argentino de Antropología Forense, no solo ayuda a los familiares de las víctimas, que pueden paliar una pérdida irreparable, sino que aporta datos y antecedentes para llevar adelante los “Juicios por la verdad”.Juan Carlos Escobar, el hermano del joven desaparecido, que viajó a La Plata la semana pasada junto con el dirigente docente Rubén Ortiz, destacó a este diario, al arribar el jueves a la noche al aeropuerto de Posadas, con la urna conteniendo los restos de su hermano: “Esto es muy importante para la familia, especialmente para mi mamá, y en la declaración de la Cámara Federal de Apelaciones, los señores jueces reconocen que el primer hábeas corpus -que presentó en el 77 y dio inicio a la investigación- fue presentado por mi madre”.“Ahora se termina una etapa, no toda la búsqueda de Félix, porque ahora un compañero militante de la JUP y estudiante y compañero de Félix ha hecho la denuncia de la desaparición forzada de Félix y otros tres compañeros, y ya hay condenados. Yo, como estaba en La Plata, ya me presenté como querellante de la familia para iniciar la etapa de enjuiciamiento por Félix”. “Creo que mi madre Adolfina, a partir de ahora va a hacer un cierre en la historia, aunque la muerte de un hijo no se cierra nunca, la pérdida de un hijo no se cierra jamás, no se puede olvidar.Ahora vamos por aquellos que lo agarraron y lo mataron. Este es un camino que recién se inicia, mi madre ha iniciado una búsqueda hace 35 años y lo encontró, ahora me toca a mí buscar el juicio por la verdad, la memoria y por la justicia”, remarcó.La visita a La Plata, contó Juan Carlos, permitió no solo apurar la restitución de los restos a sus familiares, sino que ayudó a reconstruir la historia de Félix en La Plata, donde llegó a ser un avanzado estudiante de Ciencias Económicas y un militante activo de la JUP; “al que los ex compañeros recuerdan en muchas anécdotas que lo muestran como un gran militante”, resaltó Juan Carlos.“De los más grandes”“Yo creo que este es el retorno de uno de los ciudadanos más grandes que ha tenido Montecarlo; creo que retorna porque un sector de la sociedad argentina luchó y creyó en la verdad, en la justicia y la memoria. Este es un esfuerzo de generaciones que en estos 36 años han peleado, nosotros tuvimos el rol de traerlo, nada más”, dijo Rubén Ortiz, luego de aterrizar en el aeropuerto posadeño con los restos del militante desaparecido. Graciela Franzen, que estuvo en el lugar en la recepción de los restos, junto a la historiadora Yolanda Urquiza, Amelia Báez y otros luchadores por los derechos humanos, destacó: “Para nosotros es un triunfo muy grande, un triunfo de las madres sobre todo, en este caso de Adolfina, una mamá esposa de un tarefero de Montecarlo -un pueblito muy chico en ese momento, pero que sufrió mucho la represión- donde con tanto sacrificio han hecho estudiar a uno de sus hijos en la Universidad de La Plata, él era el orgullo para todos ellos y un ejemplo. Estudiaba Ciencias Económicas, estaba por recibirse, y justamente estaban esperándolo para que llegue esa Navidad a su casa cuando desaparece; él había avisado que viajaba a Misiones a pasar fin de año”, relató. “La mamá toda la vida lo ha buscado, con muchos sacrificios, y los hermanos también, a pesar de todas las amenazas.Para nosotros, como misioneros que trabajamos en los Derechos Humanos, y como integrantes de la Comisión de Familiares, es todo un triunfo, a pesar de que han hecho todo para ocultar los cuerpos, pero aún así, a pesar de esa complicidad los estamos encontrando”, destacó. “Hoy no estoy sola”La llegada de Félix conmovió a todo un pueblo que lo esperó a la vera de la ruta, a pesar de la lluvia, para acompañarlo de vuelta a su casa donde lo esperaba su madre que durante 35 años luchó para reencontrarse con su hijo. Adolfina que hoy tiene 82 años, recibió el ataúd envuelto en una bandera argentina de manos de Juan Carlos y de Rubén Ortiz, gestores de este hecho histórico para la provincia de Misiones. Días antes, Adolfina Villanueva, madre de cinco varones y una mujer, había declarado: “Mi hijo no salió como mochilero de mi casa, era maestro y él quería seguir estudiando a&
amp;uacute;n más, y así salió rumbo a La Plata. No tengo palabras para expresar el dolor que siento, imagínese pensar que en cualquier momento llega mi hijo a estas alturas con el cabello blanco como sus hermanos”. “Muchos años lo busqué sin saber nada de él, dejé de buscarlo cuando asumió Alfonsín y prometió buscar a mi hijo, pero nunca tuve respuestas. Hace poco, cuando me dijeron que encontraron una parte de los huesos de mi hijo pensé ‘para mí tan sólo un pedacito de mi hijo me haría sentir que está conmigo’. Hoy no estoy sola tengo todo un pueblo que me acompaña y me siento bien”.
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