ENCARNACIÓN, Paraguay (Enviados Especiales). Esta ciudad atraviesa, quizá, el peor caos vial de los últimos años. Su parque automotor y de motos se triplicó de la mano de las grandes posibilidades que ofrecen los créditos; la localidad quedó chica, el tránsito está sobrecargado y, para colmo, ya no cuenta con espacios de estacionamientos en sus calles.“Tenemos un grave problema en ese sentido porque la ciudad se nos achicó y no hay más lugares de estacionamiento; por más que se cobre, no hay espacio. Cuando tenemos que estacionar en el centro, nos podemos pasar la mañana entera buscando un lugar. La mayoría se estaciona en doble fila, lo que genera otro grave problema de tránsito”, graficó la arquitecta de Planificación y Desarrollo Urbano de la comuna, María Elena Miciukiewicz.Encarnación tampoco cuenta con un servicio eficiente de transporte público. Inclusive ni siquiera está regulado. “Si tuviésemos un buen servicio ¿para qué la gente se va a preocupar en andar en sus vehículos particulares, con el grave problema de abastecimiento de nafta que hay?, se preguntó. Por si fuera poco, hace un año están paralizadas las obras de la avenida de circunvalación, que una vez habilitada ayudaría a descomprimir la circulación de coches en la comuna. Su importancia radica en que el casco antiguo (lo que quedó de la vieja ciudad) no puede darse el lujo de más contaminación. Urge limpiarla, por eso hay una intención municipal de traslado de la terminal de colectivos que ayude a volver a canalizar el conflictivo sistema vial. La situación de conflicto comenzó prácticamente desde que se trasladó la zona comercial a la “Zona Nueva”. Lo que antes fluctuaba en cuatro o más avenidas, en el nuevo circuito se concentra en dos: la avenida Luis Irrazábal y su paralela, Juan León Mallorquín. “Toda esa problemática a nivel de sistema vial desde la EBY todavía no lo solucionaron, sigue sobrecargada Irrazábal (la primera avenida tras pasar la aduana internacional) y la paralela. Por más que saquemos la ciclovía de Irrazábal (hay que recordar que esa fue la primera avenida a nivel regional que tuvo ciclovía) vamos a estar en la misma o peor que antes, porque no tiene retomes y donde los hay casi no se los puede tomar, pasa con los vehículos largos y los ómnibus de media distancia, que no pueden entrar a la avenida por las grandes cunetas que hay a lo largo”, describió la arquitecta. “Esto que hicieron para evitar que se retomen las avenidas conflictuó más el tránsito. Irrazábal está siendo un problema, no se soluciona el acceso al puente, no se soluciona la accesibilidad a la Zona Alta y si no se concluyen las obras de la avenida de circunvalación, el panorama va a ser más negro todavía”, sentenció. Lo cierto es que para las obras que apuntan a ese objetivo y que ya fueron licitadas hasta la fecha no hay presupuesto. Es el dinero que debe liberar el Gobierno argentino a través de la Entidad Binacional Yacyretá porque los presupuestos no se manejan desde Paraguay. El panorama se complica más con el impedimento de sacar dólares de las arcas argentinas, consecuentemente, las obras están prácticamente paralizadas. “Hace casi un año comenzó esta situación y desde ese tiempo todo esto ya tendría que estar terminado, pero no se hizo ni el 15%”, lamentó Miciukiewicz. El auge de las motosEl acceso a los créditos para comprar una moto de cualquier cilindrada en Encarnación es enorme. Las agencias promueven allí lo que se conoce como el “Plan Chipa”, que supone al comprador ir con 2.000 guaraníes (el equivalente a 1,50 peso) hasta la casa vendedora y salir con una moto. El crédito se paga por día con la premisa “en vez de comprar una chipa, pagás tu moto”. Ello hizo que el parque se triplicará a ritmo acelerado. A la par crecieron los accidentes de tránsito, sólo el fin de semana se registraron sesenta siniestros viales en la región, con igual número de muertos. La emisión de gases contaminantes de los vehículos son el otro “ingrediente” que colabora para seguir contaminando una ciudad que se quedó sin árboles y espacios verdes. “La cuestión de los árboles acá es todo un tema, en un área de relleno cuesta mucho más arraigar un árbol. Estamos teniendo suelo bueno recién a una profundidad de siete metros, porque los suelos no son uniformes, acá en el relleno viene de todo, se compacta muchísimo, entonces cuesta que un árbol “prenda”. Plantar un árbol lleva un tiempo de crecimiento de cinco años, tiempo que no tenemos”, se explayó Miciukiewicz. Empieza a mostrar susflaquezas la Zona NuevaLa relocalización del circuito comercial de la ex Zona Baja encarnacena ya empieza a mostrar las debilidades del plan de traslado proyectado por la EBY. El contexto se puede simplificar así: con la suba de la cota se apuró el cambio de comerciantes catalogados por la entidad bajo la figura de propietarios, inquilinos y mesiteros. Se proyectó mudar a los dos primeros -previo pago de elevadas indemnizaciones- a los edificios propios (los inquilinos en la zona nueva pasaron a convertirse en propietarios). A los mesiteros también se los sedujo con dinero y la promesa de trabajar mejor y más cómodos en un espacio en la periferia de la zona de traslado. La idea era que sus toldos y mesitas no entorpezcan visualmente la ciudad. En los hechos, la situación fue un desastre: el dinero de la indemnización se terminó, las ventas no fueron buenas y ahora (como la “Crónica de una muerte anunciada”) de a poco, pero sin tapujos, empezaron a apropiarse de las veredas de los comerciantes e instalarse con artículos para vender en sus mesas.“Al momento del traslado no se tuvo en cuenta que uno vivía del otro. Al separarlos la cosa no funcionó”, analizó -en calidad de comerciante y propietaria, la coordinadora del área ambiental de Encarnación, Juana Beatriz Godoy. Según explicó, la comuna tiene un plan de erradicación de vendedores ambulantes que usan espacios no permitidos, pero “implementarlo no es nada fácil”, confió. “No se puede estar día tras días persiguiendo a los vendedores mesiteros para ver dónde se ubicaron. Acá pasó lo que en otras circunstancias similares: no hubo una correcta planificaci
ón y la cosa se fue saliendo de control”, contó al tiempo que agregó que “actualmente las veredas de los locales de la zona nueva están invadidas de mesiteros y tampoco se les puede impedir trabajar, porque son miles de familias las que dependen de esto para su sustento diario”, explicó la funcionaria relacionada en su actividad comercial con la venta de artefactos lumínicos.
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