ENCARNACIÓN, Paraguay (enviados especiales). El cambio en Encarnación es total. Quizá no sea tan notable apenas se traspasa la frontera desde su vecina Posadas, pero basta una pequeña recorrida para tener la impresión de estar en otra ciudad, muy diferente a la que se podía visitar hace tan solo un año. La Capital del departamento Itapúa, situada en la región más Sur del Paraguay, alberga -en su zona urbana y rural- a unas120 mil personas cuyas vidas fueron modificadas en una magnitud muy compleja de analizar. En consecuencia, sus habitantes se encuentran atravesando un contexto de gran desafío: enlazar la nueva ciudad con la vieja. “Desde el punto de vista ambiental la afectación es enorme. Desde la cota 83 tenemos una inundación interna, que de por sí ya nos genera un escenario diferente”, graficó el director de Salubridad y Ambiente de la comuna, Victoriano Vázquez durante una disertación técnica exclusiva para PRIMERA EDICIÓN, presentada por un equipo de expertos del área ambiental y del centro de desarrollo urbano de esa comuna. Durante la charla se explicó que los arroyos urbanos que rodean totalmente la ciudad, cuyas dimensiones (antes de Yacyretá) no superaban los siete metros de ancho, -y seguían así aún a cota ’78- hoy superan los 600 metros y algunos llegan a los dos kilómetros de orilla a orilla. Esto produjo que la ciudad se conecte entre barrios prácticamente por medio de puentes. Si se los cuenta hay más de diez, pero el alerta está dado en que estos “nuevos lagos” pueden ser un gran dolor de cabeza a futuro, según adelantó Vázquez. “Cuando el río creció y llegó a cota 82 todavía los arroyos se escurrían y llegaban al Paraná pero cuando subió a cota 83, tanto el Potiy, como muchos otros causes, ya no pudieron salir al río y al crecer formaron nuevas represas (subembalses). Entonces esos arroyos que antes tenían cinco o siete metros, actualmente están todos a nivel de cota 83 con una gran extensión, pero con un caudal quieto que no tiene posibilidad de defenderse de la contaminación”, explicó el ingeniero. Su diagnóstico no es errado. Si se miran las costas están llenas de algas, y con una observación más en detalle se nota un fondo de fango que denuncia el depósito de todos los efluentes que llegan a la cuenca, pero como se encuentran en estado quieto, reducen su velocidad, sedimentan y empiezan a proliferar las plantas acuáticas, amén de las temidas algas, vectores de pestes y enfermedades. “Como todo está al mismo nivel hay poco escurrimiento, por lo tanto la capacidad de auto-depuración de estas aguas son nulas. El agua se defiende si una persona tira un elemento contaminante al Paraná, ya que cuenta con un caudal de 16 millones de metros cúbicos por segundo y no hay problema. No así con el agua quieta. Por eso hacemos la comparación con el lago Ipacaray (que se encuentra en estado crítico de contaminación), ya tenemos un ejemplo y hay que aprender de él. Este lago que vemos aquí tiene un año. En febrero del año pasado llegamos a esta situación. Si hacemos un parangón es un bebé que nació con problemas de salud. Tiene las defensas muy bajas y lo tenemos que proteger toda la vida”, analizó. “Cuando miro la ciudad, y creo que nos pasa a todos los encarnacenos, digo: “mirá que lindo, que bello. Y es cierto, es lindo. Pero digo: mirá también que feo puede ser. La franja donde estamos caminando es muy estrecha, si damos un buen paso nos convertimos en la Venecia de América, pero con uno malo- literalmente- se nos pudre todo”.Estaciones de bombeoLa calidad del agua no es algo que preocupe todavía a esta comuna, porque al ser reciente, el lago no está contaminado.“Sí estamos preocupados en que toda la población cambie su actitud y su visión que tiene sobre el agua. Todo lo que es basura lo tenemos que manejar perfectamente. Nuestras aguas residuales, que antes se vertían sin problema a los cursos de agua. Nuestra ciudad tiene que tener en funcionamiento pleno todo lo relacionado al saneamiento básico. Si tenemos una red de alcantarillado sanitario que va a transportar todo el sistema de cloacas, tiene que funcionar y para que lo haga tenemos que tener 57 estaciones de bombeo distribuidos en toda la ciudad”, apuntó de su lado la arquitecta de Desarrollo Urbano, María Elena Miciukiewicz.Actualmente están funcionando unas 40. Allí reside el otro problema: están todos ubicados a la vera del embalse del Paraná o del subembalse de los arroyos , porque si por algún motivo alguno deja de funcionar, cuentan un sistema de “by pass” que desborda y se va al agua de los arroyos que no se pueden auto-depurar.“Si los líquidos cloacales se vuelcan crudos en el eje del Paraná, donde el agua corre, el río tiene una capacidad de autodepuración que en 300 metros se diluye todo. Ahora bien, el gran error es que se tira en la costa donde no hay caudal ni capacidad de depuración. Vázque lo puso así: “El Paraná es el quinto río más caudaloso del mundo. La pregunta es ¿por qué se hicieron tantas estaciones de bombeo si tenemos ese caudal en el río? Ahora bien, ya las tenemos y tienen que funcionar, no nos podemos dar el lujo de que fallen. Pero cuál es el problema real: el equipamiento ya nos dio la EBY y ahora, ¿cómo se mantiene?. Encarnación cuenta con 80 mil personas en la zona urbana, dividido por cinco (miembros por cada familia) podemos obtener el número de contribuyentes reales que tiene la ciudad para el pago del servicio de la provisión de agua potable y cloaca. Quedamos en 10 mil usuarios como mucho y mantener esto es algo muy costoso. Ni si vendemos la casa para pagar los impuestos nos alcanza”, se escandalizó el ingeniero.Para Miciukiewicz “ni la ESAP que es la concesionaria del Estado para proveer el servicio de agua y cloaca en todo el país tiene la capacidad para mantener siquiera una estación de bombeo. Es grave”, sostuvo. Sólo para hacer una comparación, a nivel ciudad Encarnación se perfila para tener una cobertura de red cloacal del 90%, en el país los conectados no superan el 11%. Asunción, la capital no tiene planta de tratamiento cloacal y tira en crudo todos los desechos cloacales al río Paraguay.Otra cosa: los desagües pluviales de la ciudad van todos al río y sus residuos se depositan en la costa y esa es otra problemática, porque hay un elevado porcentaje de la población que conecta su cloaca con los desagües pluviales. Para
colmo, el gran talón de Aquiles de este sistema es que cuando se lo diseñó se lo hizo pensando en la cantidad optima de usuarios conectados, si eso no se cumple (y en los hechos es así) la estación de bombeo no sirve. “El diseño no es malo, simplemente la gente no se conectó. En encarnación nos tenemos que conectar todos porque de lo contrario enseguida vamos a contaminar los acuíferos y ahí el problema se agrava”, se explayó. Capas subterráneas: otro infierno en puertaEl nivel de las capas freáticas subterráneas que se encontraban a una cierta profundidad, pero a cota ’83 ese nivel también subió y esa agua prácticamente está en la superficie. El problema es tan dramático que si un vecino encarnaceno quiere hacer una excavación en su patio se le inunda la casa.“Los impactos que se generaron fueron desde distintos puntos de vista, y si impacta de esa forma al suelo puede llegar a impactar en los edificios”, explicó Vázquez dando a entender que no es descabellado temer el desmoronamientos de los edificios. “Nosotros sabíamos el impacto, siempre peleábamos por eso, ahora lo que nos queda hacer es mitigar y que eso no se convierta el día de mañana en algo fuera de control. Nos cambiaron el escenario”,insistió el funcionario, para quien “tenemos uno nuevo, y ahora debemos adecuarnos y es muy difícil hacerlo de arriba para abajo; sin embargo creemos que esto será posible a través de la educación con los niños que se encuentran en la etapa escolar básica hasta tercer año del secundario. Además esto lo debemos ir trabajando como una materia regional, porque el problema no es sólo de Encarnación y no lo vamos a poder solucionar sólo nosotros. Si los pueblos vecinos -y eso incluye a Posadas- tarde o temprano a todos nos va a afectar”, sentenció. Falta muchoOtro dato: en total Encarnación necesita 28 kilómetros de tratamiento costero. No estan completadas ni siquiera diez y el temor es que las obras no se completen. En síntesis los trabajos se hacen a cuentagotas y para colmo, con la situación financiera de Argentina, respecto del nuevo “corralito financiero” aplicado a los dólares (moneda con las que se tasan las obras), todo el trabajo se encuentra en una suerte de “freezer” que tiene en expectativa al Paraguay por lo que pueda ocurrir si es que no terminan su defensa ribereña.
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