SAN ANTONIO. Piñalito Norte es una colonia grande que desde hace años viene clamando por su autonomía. Actualmente forma parte del municipio de San Antonio y tiene su acceso en el kilómetro 54 de la ruta nacional 101. La Escuela 581 está ubicada en el corazón del paraje y desde hace cuarenta años viene formando a los jóvenes de la comunidad.Su situación es similar a la de muchas instituciones del interior de la provincia: falta personal, presupuesto, obras de mantenimiento. Y, por sobre todo, espacio para desarrollar las actividades educativas como, por ejemplo, utilizar las computadoras que la escuela recibió hace más de un año y que por el momento no pudo usar dado que no cuenta con aula de informática. PRIMERA EDICIÓN visitó esta escuela para conocer en primera persona las problemáticas. Algunas de ellas ya fueron dadas a conocer en publicaciones previas (la edición del 10 de abril de 2012), como cuando su director, Pedro Amarilla, resaltaba que recibe 0,63 centavos diarios por niño para preparar la copa de leche.El sueño de estrenar las PCEn 2011 llegaron las esperadas computadoras de escritorio, gestionadas a través del Ministerio de Educación de la Nación. Hoy todavía siguen embaladas en sus cajas originales y permanecen en la dirección, ya que no cuentan con una sala donde puedan instalarlas.“Conseguimos esas computadoras de Nación, pero están paradas, guardadas, pues no disponemos de espacio físico para montarlas y darles uso, los alumnos no están pudiendo utilizarlas por esa simple razón”, explicó Amarilla. “Hace más de un año, después de muchas gestiones e insistencia, logramos que se acerque gente del Ministerio (de Educación provincial) con el fin de darle a conocer las necesidades edilicias más urgentes, entre ellas, una sala para las computadoras”, agregó. En esa ocasión los técnicos y una arquitecta tomaron las medidas del espacio pero nunca más volvieron. “Pasó el tiempo y a pesar del ‘ok’ que nos dieron no pasó nada. Entonces juntamos fondos a través de la cooperadora y la colaboración de la comunidad entera y comenzamos con la construcción. Pero lamentablemente no nos dio el cuero y quedamos a mitad de camino. Tanto los materiales como la mano de obra son resultados de un trabajo comunitario, el Estado no aportó nada todavía, tenemos la promesa del intendente de que nos va a donar el techo esperamos que se cumpla esta vez”, agregó recalcando que “es una pena disponer de las computadoras, una herramienta tan necesaria para el aprendizaje hoy en día, y no poder darles uso”. Así, año a año reiteran las gestiones para lograr alguna respuesta a las urgentes necesidades.Y, año a año, reciben las mismas promesas que no se cumplen. Campaña solidaria“Cuando esta escuela se construyó, hace más de cuarenta años, la matrícula era mucho menor, pero actualmente concurren 163 alumnos entre nivel inicial y ciclo básico. El espacio ha quedado chico, faltan aulas, tenemos muchas falencias”, indicó Amarilla. Durante una visita de los funcionarios del Ministerio de Educación provincial, los docentes insistieron con otros arreglos y ampliaciones que son necesarios. Entre ellos, reparar el techo, ampliar los baños, terminar la construcción del tinglado para usos múltiples, un aula para nivel inicial, que actualmente funciona en una vieja casita de madera. Pero las palabras no se materializaron, por lo que la comunidad educativa solicita donaciones para conseguir mobiliario y material didáctico.
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