POSADAS. Un adolescente logró escapar de las garras de un depravado sexual, quien según sus dichos lo amedrentó con un cuchillo y lo secuestró por algunos minutos a bordo de una motocicleta en la que lo llevaba para que le practique “favores sexuales”.El extraño episodio se registró a última hora del último miércoles y la víctima es un menor de edad de 15 años que fue interceptado por el degenerado pero que, afortunadamente, aprovechó una distracción para escapar y dar aviso a su padre.Hecha la denuncia, hasta anoche continuaba el extenso operativo montado por efectivos de la Unidad Regional I de la Policía provincial en busca del supuesto abusador.Un oscuro personajeFuentes cercanas a la investigación del caso comentaron que la pesadilla para el menor de edad comenzó a eso de las 20 del miércoles en inmediaciones de Chacabuco y Zapiola de Posadas, cuando esperaba un colectivo que lo lleve a su casa, en el barrio Santa Rita.El menor se encontraba solo en una de las paradas del transporte urbano de pasajeros, situación que fue aprovechada por el forajido, quien lo interceptó a bordo de una motocicleta cuyas características no fueron difundidas por el portavoz del hecho.Al parecer, el depravado estacionó al lado del estudiante simulando iniciar un diálogo con alguna inquietud urbana, quizás. El adolescente no sospechó nada raro y se acercó al malviviente, quien entonces “se sacó la máscara”: de entre sus prendas de vestir extrajo un cuchillo y lo amenazó de muerte si no se subía al vehículo y hacía lo que le ordenaba.Con el frío del acero sobre su cuerpo, al menor no le quedó más que subirse y hacer caso a las amenazas del recién llegado. Fue en ese interín, ya abordo de la motocicleta, que el conductor del rodado exhibió sus verdaderas intenciones y, con otras palabras, le pidió al indefenso muchachito que le realizará algunos “favores sexuales”. Mientras, la motocicleta circulaba a toda velocidad en dirección al barrio Yerbal, en la zona oeste de la capital provincial. “¿Te animás?”, lanzó el motoquero, en realidad, sin dejar lugar para ninguna respuesta.Preso del miedo y de la incertidumbre, la fortuna le favoreció al adolescente. Cuando la moto circulaba por avenida Zapiola casi Bustamante, un pozo de la arteria terrada hizo tambalear a la moto, por lo que el degenerado debió apretar los frenos. Entonces, el menor de edad logró bajarse y escapó a la carrera. Consciente de que el plan se había desbaratado, el motociclista decidió huir en la otra dirección.CertezasAgitado de tanto correr. Así llegó el menor de edad a su vivienda en el populoso barrio Santa Rita, donde enseguida le contó a su padre lo que había sucedido.El progenitor tomó sus precauciones y le pidió que reitere el relato una vez más. Después, para confirmar que no se trató de alguna “chicana estudiantil” o algo así, fue junto a su hijo a la esquina de Chacabuco y Zapiola, donde el depravado había interceptado al menor.En ese lugar, para sorpresa de ambos, el “sátiro de la motocicleta” volvió a pasar a toda velocidad. “Es ese”, le habría dicho el menor a su padre, que de inmediato tomó una birome y un papel y anotó los datos de la patente de la motocicleta.Con esa información, el padre regresó a la comisaría jurisdiccional y radicó la denuncia. Con esos datos, efectivos de la comisaría en cuestión, de la Unidad Regional I y del Comando Radioeléctrico de esa dependencia iniciaron un extenso operativo para atrapar al degenerado, que todavía no había caído en las redes de la Justicia pero, esperan, sea detenido próximamente.
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