CARTAGENA DE INDIAS, Colombia (NA-Diarios Digitales). Unos 40 grados a la sombra, caos de tránsito, palmeras, cocoteros y Shakira bailando frente a las centenarias murallas de esta ciudad que fue fortaleza de un imperio.Este es el contexto en el que la VI Cumbre de las Américas, que empezó ayer, pondrá a prueba el cada vez más declamado escenario de una región políticamente mucho más independiente de unos Estados Unidos atrapados, a su vez, en tensiones domésticas e internacionales mucho más urgentes.Pocas horas antes de poner un pie para encontrarse con 32 presidentes y jefes de Gobierno de la región, el gobierno del presidente Barack Obama se defiende de la repetida crítica de que “desatiende” a la región: un clamor curioso cuando proviene de líderes que, a su vez, declaman mayor autonomía frente a la potencia.Los analistas coinciden en que hoy las relaciones entre Washington y la región no tienen vigor ni agenda específica. Y las encuestas confirman, además, que la popularidad de Obama en la región ha caído drásticamente en América Latina, de 62% en 2009 al 47% en 2011.Latinoamérica, más allá de EEUU“Esta cumbre no tiene nada que ver con la primera” en la que participó Obama, en 2009, justo después de su llegada al poder, cuando fascinó a los mandatarios con su bagaje personal y encanto político, dijo Cynthia Arnson, directora del programa América Latina del centro de análisis Woodrow Wilson. En estos tres años, “América Latina se puso de pie, las economías en la mayoría de América del Sur están pujantes y hay muchas más opciones más allá de Estados Unidos”, añadió.Estados Unidos y el narcotráficoEl presidente Obama, reconoció antes de partir a Colombia la responsabilidad de su país en el narcotráfico: “En Estados Unidos tenemos la responsabilidad de reducir la demanda de drogas. Por eso ponemos miles de millones de dólares en salud pública, tratando de incrementar los programas de entrenamiento, prevención y recuperación, educación para reducir la gran demanda porque Estados Unidos es un gran mercado para los traficantes. Todos estos esfuerzos deben combinarse y Estados Unidos reconoce que tiene responsabilidades. No sólo es un problema de México, Guatemala o Colombia; somos parte del problema y debemos ser parte de la solución también”.Apoyo por MalvinasEl canciller de Argentina, Héctor Timerman, pidió apoyo a los representantes de la sociedad civil reunidos en el foro social de Cartagena, paralelo a la VI Cumbre de las Américas, para el reclamo de su país sobre soberanía en las islas Malvinas. El tema de las islas Malvinas no figura en la agenda formal de esta cumbre. Aunque, en ese contexto, el canciller afirmó: “El tema Malvinas es ya parte de la declaración final” del encuentro de mandatarios, quienes darán su pronunciamiento en ese sentido. Ratificó que 32 de los 34 presidentes apoyan la causa. En tanto la presidenta Cristina Kirchner, viajó a Colombia para participar de la cumbre. ¿Guerra perdida?Treinta y dos líderes americanos se reúnen en Cartagena, Colombia, en la Cumbre de las Américas. Y aunque los temas son amplios y diversos, hay uno que se anuncia como el principal: el fracaso de la lucha contra las drogas.En el último año se ha observado un cambio importante frente al tema en América Latina: jefes de Estado refiriéndose abiertamente al tema del fracaso de la lucha antidroga y la necesidad de abrir un debate sobre una posible legalización.Uno de ellos es el actual presidente de Guatemala Otto Pérez Molina. Lo que hace más interesante su caso es que fue un activo general en el ejército de su país y jefe de los servicios de inteligencia, por lo que se vio involucrado directamente en la lucha antidrogas.Con su experiencia militar, advierte: con la estrategia que siguen varios países, la batalla contra el tráfico de drogas no se puede ganar. Al contrario, “la guerra se está perdiendo y eso hay que reconocerlo”.
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