APÓSTOLES. Dos delincuentes se hicieron pasar por policías para engañar a la subgerente del casino de esta ciudad, a la que fingieron custodiar con celo debido a la poderosa suma de dinero que llevaba, y en el camino la intimidaron a punta de pistola para apoderarse de los 180.000 pesos que la mujer debía depositar en una entidad bancaria. Audaz. Así puede catalogarse al robo. Los investigadores buscaban al cierre de esta edición a dos hombres que se hicieron pasar por policías para perpetrar el hecho. El robo, perpetrado a mano armada, comenzó ayer, alrededor de las 10.40, frente a la casa de juegos, sobre la avenida Humada Ramella, y terminó en una calle vecinal de tierra, a unos ochos kilómetros de Apóstoles.Allí abandonaron a la ejecutiva del Casino “Trésor”, a la que arrojaron su cartera y el bolso colgante sin el dinero de la recaudación. Los criminales, perfectamente vestidos de policías, acudieron a la casa de juegos minutos antes de que lo hiciera una patrulla del Comando Radioeléctrico, requerida por las autoridades del establecimiento para el traslado del dinero.Al parecer, esta operación era habitual pero sucedía cada vez que el casino lo requería. En otras palabras, no había horarios ni días establecidos de antemano. Uno de los ladrones, con camisa, pantalón, borceguíes y hasta con gorro policial, descendió del coche en que llegó con su cómplice, quien se quedó al volante.Se dirigió hacia una puerta adyacente y tocó el timbre. Minutos salió la empleada del casino y ambos subieron al Fiat Palio, de vidrios polarizados, que aguardaba estacionado.Al parecer, el hecho de que fuera un vehículo sin identificación no pareció concitar la curiosidad de la subgerente. “Como llevaban uniforme policial no sospechó lo que ocurriría”, indicaron desde la Unidad Regional VII, que investiga el episodio delictivo. El vehículo tomó el camino que habitualmente solía recorrer rumbo a la entidad bancaria, pero unas dos cuadras después, el hombre que iba de acompañante, el mismo que descendió a escoltar a la mujer, sacó una pistola y la intimidó.“Quedate quieta y agachate”, habría dicho el criminal con un acento extraño, similar al que poseen aquellos que vive en la frontera con Brasil.Ella acató la orden y el vehículo siguió su marcha. No mucho después se detuvo y la mujer fue obligada a descender. Estaba en medio de una calle de tierra, donde la abandonaron. Antes de escapar, el pistolero le arrojó su cartera y el bolso vacío donde poco antes estaban los 180.000 pesos en efectivo.La subgerente se comunicó con la casa de juegos y alertó sobre lo que había sucedido. Desde allí entonces llamaron a la comisaría de Apóstoles con idéntico objetivo.Los investigadores no tienen dudas de que hubo un entregador que sabía del pedido de custodia policial para el traslado del dinero y que planificó con precisión cómo, cuándo y dónde cometer el ilícito.La teoría se apoya, además, en un dato que sólo el personal del casino sabía: a veces, el dinero era trasladado en auto particular o en remís, sin custodia policial. Esta circunstancia también habría colaborado para que la empleada no sospechara del coche sin identificación que ayer fue a buscarla para trasladar el dinero.La víctima contó ayer que ella no era la encargada de llevar la recaudación, sino otra alta funcionaria del casino.
Discussion about this post