SARAJEVO, Bosnia y Herzegovina (AFP-NA). Veinte años después del sitio a Sarajevo, miles de bosnios se reunieron a lo largo del principal bulevar de la ciudad para un concierto ante 11.541 sillas vacías, correspondiente al número de muertos causados por las fuerzas serbias.“¿Por qué no estás aquí?”, cantó una coral, acompañada por una pequeña orquesta sinfónica al comenzar el concierto, alrededor de las 12, hora local. Las sillas rojas fueron colocadas en 825 filas a lo largo de 800 metros. En algunas filas, las sillas eran más pequeñas, para simbolizar a los niños muertos. Aquí y allá colocaron un osito de peluche, juguetes, cuadernos escolares o flores.A lo largo del bulevar, varias pantallas gigantes mostraron los nombres de las víctimas. La guerra que tuvo lugar en Bosnia entre 1992 y 1995, durante la cual se enfrentaron las comunidades serbia, musulmana y croata, dejó unos 100.000 muertos y más de 2,2 millones de refugiados y desplazados, la mitad de la población de esa época.Bosnia-Herzegovina no celebra ninguna fiesta nacional porque los políticos no se han puesto todavía de acuerdo en una fecha idónea. Cuando se cumplen veinte años desde que el 6 de abril de 1992 unos francotiradores serbios tirotearan una manifestación independentista en Sarajevo y comenzara una cruel guerra, el país sigue dividido en dos entidades que parecen irreconciliables: la Federación Croata-Musulmana y la República Serbia. Dos servicios de correos, dos empresas de teléfonos móviles, organismos públicos duplicados y una ausencia total de sentimiento nacional compartido definen hoy un país que ha restañado las heridas físicas, pero no ha logrado ni mucho menos la reconciliación.
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