El reclamo hace alusión a la situación que enfrentan los pobladores de la localidad sanjuanina de Jáchal, cercana a la zona de explotación de la Bárrick Gold, afectada por un derrame de cianuro en el curso de agua que abastece a esa localidad, y circula por territorio de tres provincias, producido por accidente, según la multinacional. Un medio digital correntino informaba ayer sobre las horas de angustia que se viven en Jáchal, donde peligra el abastecimiento de agua potable, dada la inseguridad respecto al efecto de contaminación del vertido de cianuro; minimizado por la empresa.La incertidumbre se extiende entre los vecinos de la localidad sanjuanina, quienes se ven aislados en su impotencia ante la evidencia de que la Barrick Gold no da muestras de responsabilizarse adecuadamente del derrame;?sobre el cual todavía no se ha expedido la autoridad técnica correspondiente; el ente regulatorio del agua, cuyo dictamen se prevé que estará en línea con los intereses de la empresa.La preocupación se justifica, la actividad a cielo abierto destruye ecosistemas a lo largo de kilómetros, además, para separar los minerales valiosos del resto, se utilizan químicos venenosos que se esparcen por el ambiente, provocando todo tipo de envenenamientos (por metales pesados, arsénico o cianuro) y enfermedades. Estos efectos, innegables, no impiden que muchos gobiernos privilegien el efecto económico que acompaña a la radicación de esta poderosa industria, enfoque polémico, más aún cuando no se coloca en la balanza que los perjuicios al ambiente sobreviven en el tiempo al beneficio económico. Una errática política de control ambiental vuelve más preocupante la situación.
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