El 8 de septiembre celebramos la fiesta de la Natividad de la Virgen María. Todo nacimiento es motivo de alegría y nos trae esperanza. Pero el nacimiento de la Virgen María multiplica nuestra alegría, porque estamos celebrando el natalicio de la madre de nuestro salvador. El sí de María, hace que sea ella ejemplo de fidelidad y amor al anuncio de la Buena Nueva. La natividad de la Virgen María nos recuerda el plan divino en la vida de cada persona y nos invita a reflexionar sobre el Sí generoso que espera Dios de cada uno. María es ejemplo de la confianza en la Divina Providencia.En esta fiesta de alegría y esperanza también celebramos el 140 aniversario del nacimiento de la Congregación del Verbo Divino, de la que formo parte, y la que ha sido motor de “la segunda evangelización” de nuestra tierra colorada después de la expulsión de los misioneros jesuitas de estas tierras. La Congregación nació el 8 de septiembre de 1875, en Steyl, un pequeño pueblo de Holanda, por inspiración de San Arnoldo Janssen, quien sintió el llamado a formar y enviar misioneros a todo el mundo. Gracias al Sí del padre Arnoldo, hoy son más de 6.000 misioneros, entre hermanos y sacerdotes, que llevan adelante el anuncio de la Palabra en más de 70 países. Así como la madre María dijo sí a la Buena Nueva, los Misioneros del Verbo Divino (SVD) también como Congregación responde a este mandato misionero de Jesús: “Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura”. Como congregación misionera se vive este carisma incorporando misioneros provenientes de todo el mundo, para ser enviados a cualquier país necesitado. Por eso, hay misioneros del Verbo Divino filipinos, vietnamitas, hindúes, indonesios, japoneses, latinoamericanos, etc., que prestan su servicio misionero en Europa, Oceanía, África, América y Asia.Desde su carisma misionero, tenemos el llamado de responder positivamente a la misión liberadora de Jesús de Nazareth: “el Espíritu del Señor está sobre mí, porque Él me ha ungido para que dé la noticia a los pobres. Me ha enviado para anunciar la libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año de gracia del Señor” (Lc. 4, 18-19). Los misioneros llevamos a cabo la proclamación del Evangelio, ante todo, en las zonas fronterizas de la sociedad humana donde la necesidad y la lucha por la justicia y la paz se sienten con mayor urgencia. Los misioneros del Verbo Divino, allí donde estemos, prestamos especial atención a la proclamación y difusión de la Palabra de Dios y a las ciencias como la antropología, la lingüística y los medios de comunicación social, para conocer mejor a los pueblos y razas humanas para anunciarles mejor y vivir con ellos el Evangelio de Jesús.Uno de los distintivos de esta vigorosa familia religiosa es su internacionalidad y su configuración multicultural. La provincia Argentina Este, que comprende de Misiones y Chaco, cuenta con misioneros oriundos de 17 nacionalidades, compartiendo la vida de fe entre nuestros pueblos en esta parte de la Iglesia. También los misioneros oriundos de nuestra tierra colorada comparten su vida misionera en los distintos continentes, cerca de los más pobres y marginados, realizando este servicio con alegría y responsabilidad, codo a codo con todos los cristianos-misioneros de la Iglesia. Que en esta nueva fiesta de la natividad de la Virgen María y el aniversario de la fundación de la Congregación del Verbo Divino, recemos por la misión de la Iglesia y para que haya cada vez más jóvenes capaces decir Sí a Jesús, a ejemplo de María, San Arnoldo, monseñor Jorge Kemerer… y tantos otros misioneros que fueron claves en la evangelización y propagación de la Buena Nueva.
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