Aquella noche, el vuelo 3.142 de la aerolínea Lapa tenía previsto cubrir el trayecto entre el aeroparque Jorge Newbery y el aeropuerto de Córdoba. El avión no completó el despegue y terminó estrellado en un campo de golf cercano a la avenida costanera porteña. En el accidente murieron 65 personas y otras 17 revistieron heridas de gravedad. La Junta de Investigaciones de Accidentes de Aviación Civil determinó tras las investigaciones que hubo negligencia de los pilotos en la configuración de la nave para el despegue. Los flaps (alerones) no habían sido desplegados correctamente y según el audio obtenido de la caja negra, se conoció que sonaron alarmas que no fueron atendidas por los responsables de la nave. Una investigación posterior halló gruesas irregularidades en las medidas de seguridad de la compañía. En el juicio, absolvieron a los directivos de la firma pero condenaron al gerente de operaciones y a la jefa de línea de los Boeing 737-200 a tres años de prisión en suspenso por estrago culposo agravado.
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