Un nuevo caso de “justicia por mano propia” se registró en la provincia, esta vez en Iguazú, donde un grupo de vecinos del barrio Almirante Brown encañonó y secuestró a un joven al que acusaban por el robo de un televisor. El supuesto malviviente logró escapar cuando era trasladado a bordo de un utilitario, con destino incierto, tras lo cual milagrosamente huyó ileso del ataque a balazos perpetrado por los autores.
Los seis “justicieros” terminaron tras las rejas y en poder del grupo se secuestró una pistola calibre 45 milímetros que pertenecería a Gendarmería Nacional. Los detenidos son una mujer de 51 años; su hija de 24 y la pareja, un brasilero de 28; el otro hijo de la “cabecilla”, de 21; y dos vecinos de la zona, quienes también habrían participado en el “aleccionamiento”.
Fuentes del caso le contaron a PRIMERA EDICIÓN que todo comenzó el último martes por la mañana, alrededor de las 9, cuando un vecino de la calle Timbó de Puerto Iguazú se comunicó con la Policía provincial para informar sobre “movimientos extraños” en una de las viviendas del barrio Almirante Brown, emplazado a unas doce cuadras del centro.
El relato del testigo fue estremecedor. Aseguró haber visto a los acusados en momentos en que arrastraban a un joven en contra de su voluntad hacia una camioneta Renault Kangoo, que arrancó a toda velocidad conducida por el yerno de la dueña de casa, de nacionalidad brasilera, y se perdió en las calles del barrio.
Minutos después, prosiguió el vecino, el grupo regresó pero ya sin el “secuestrado”. Entre una y otra escena, el denunciante pudo notar un arma de fuego en poder de los “secuestradores”.
Una comisión de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional V de la Policía provincial acudió rápidamente a la escena. A punto de llegar a la calle Timbó, los policías se cruzaron con la Kangoo buscada, que intentó escapar al ver a los uniformados, pero no lo logró. De a poco, el relato del vecino comenzó a ser confirmado.
En el lugar fueron detenidos el brasilero y su suegra, quien efectivamente llevaba una pistola semiautomática marca Ballester-Rigaud calibre 45 milímetros en la cartera, con tres cargadores y municiones calibre 11.25, además de un cuchillo de importantes dimensiones. El dúo terminó detenido y todo comenzó a cerrar.
Los detectives fueron hasta la vivienda de la familia, donde procedieron a la detención de la hija de la “pistolera”, a la vez que en el lugar -tanto en el patio interno como sobre la calle- incautaron dos vainas servidas calibre 11.25.Allí se supo que el cuarto “justiciero” era el hijo de la mujer, de 21 años y domiciliado en el barrio Las Orquídeas.
Se realizó entonces un seguimiento que acabó con la aprehensión de ese sospechoso, en momentos en que intentaba ocultarse en cercanías del Hito Tres Fronteras. Ya en la noche del miércoles caerían los otros dos involucrados, quienes serían conocidos de la familia detenida.
La denuncia
El rompecabezas terminó de armarse alrededor de las 15 del último miércoles. Sucede que, con los datos aportados por los testigos, los policías lograron identificar al joven apuntado como delincuente por la familia, es decir, el “secuestrado”. Se trata de “Negro”, conocido por sus andanzas en el mundillo de lo ilícito. Fue por ello que los investigadores montaron una vigilancia en cubierta frente a su vivienda que finalmente acabó con su intercepción para que brindara testimonio y denunciara lo sucedido.
Así fue como el joven contó su versión de lo ocurrido. Reveló que fue interceptado por los “justicieros” a punta de pistola y amenazas de muerte. Dijo que le exigían la aparición de un televisor que había robado y que, para lograr escapar, ingenió un ardid: les dijo que recuperaría el aparato si lo llevaban al barrio Libertad.
A mitad de camino, el presunto delincuente logró salirse con las suyas y escapó de la Kangoo. Confirmó luego que sus “secuestradores” estaban dispuestos a todo, ya que mientras huía a la carrera, abrieron fuego sin acertarle. El joven fue trasladado por precaución al Hospital SAMIC, donde los médicos constataron que sufrió escoriaciones en tórax, espalda y antebrazos, lesiones leves que le demandarán siete días de curaciones.
Tras la revisión, radicó una denuncia ante la Policía.El camino del armaLos policías secuestraron una pistola Ballester-Rigaud, calibre 45 milímetros, que la mujer ocultaba en la cartera. Al decir de las fuentes, la misma posee una inscripción con la leyenda “Gendarmería Nacional”, acompañada por el escudo argentino.
Los investigadores trataban de determinar anoche “la ruta o el camino del arma”, es decir, de dónde proviene. Las primeras informaciones apuntarían a que era propiedad de un gendarme retirado.
En tanto, los policías también buscaban una segunda pistola, ya que “Negro” aseguró que también los vecinos de la familia detenida portaba un arma de fuego con el que lo encañonaron.