Las víctimas son personas que cobran jubilación, pensión o asignaciones familiares y terminan entregando desde 10 mil hasta 100 mil pesos a los embaucadores.
Los ladrones llaman a una víctima y les dicen que están por cobrar la “reparación histórica de ANSES o que ganaron un premio, pero para acceder al mismo es necesario que hagan un trámite en un cajero automático inmediatamente sino perderán el beneficio.
Mientras todo esto ocurre, charlan con la víctima para impedir que corten la llamada y así asegurarse de lograr su objetivo, sin que la persona estafada pueda comunicarse con otra persona y ser “avivado” de la situación.
Una vez que la víctima está en el cajero, mientras sigue la comunicación con el estafador quien le indica la operación que debe hacer para obtener el beneficio, pero en realidad les hacen adjudicar un préstamo preaprobado que se consigue por ese medio.
El problema es que ese dinero del préstamo, termina transferido a una cuenta del delincuente.
Fuente:UNO
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