Un anciano de 92 años fue sorprendido el sábado en su casa, lo golpearon, lo ataron y se llevaron todos sus ahorros: 200.000 pesos en efectivo.Un hombre de 92 años y su cuidadora de 22 fueron atacados a golpes y asaltados dentro una vivienda en el microcentro posadeño, en plena siesta del sábado.
Estaba sentado mirando la tele en el living, ya había almorzado y en un instante se desató una pesadilla. No entendía nada, me golpeaban, gritaban y me ataron al sillón con cinta embalaje, se llevaron el dinero que tenía ahorrado para comprar un terreno, revolvieron la casa, todavía me parece que no fue real, le dijo aún shockeado a PRIMERA?EDICIÓN.
José Alé sufrió en pocos minutos el terror que nunca le había tocado atravesar en la esquina de Córdoba y Jujuy donde hace más de 40 años edificó, junto a su esposa farmacéutica, su casa y debajo la farmacia San Cayetano.
Al menos dos hombres, pasadas las 14, forzaron la cerradura de entrada y subieron al primer piso donde a golpes primero fue reducida una joven paraguaya de 22 años encargada de la casa pero principalmente de cuidar al anciano.
A cara descubierta, los sujetos la intimidaron con amenazas y trompadas, le sujetaron las manos con cinta de embalaje y la obligaron a tirarse debajo de un mueble y a guardar silencio.
La segunda y aún más violenta acción fue amedrentar al dueño de casa. Lo sorprendieron con puñetazos en la cabeza y cuello sentado frente al televisor, lo inmovilizaron con la misma cinta plástica y uno de ellos lo mantuvo quieto mientras el restante fue al dormitorio principal donde buscó, hasta encontrar, alrededor de 200 mil pesos.
El otro asaltante se encargó de revisar el cuarto contiguo y demás dependencias. Revolvió prendas de vestir, libros, carpetas, papeles y varios recuerdos familiares.
Antes de huir le quitaron las pertenencias a la joven paraguaya, la billetera con pocos pesos y el teléfono celular.
Pero los delincuentes no se retiraron sin cumplir con un detalle más de su plan pergeñado: cortaron con un alicate el cable del teléfono fijo del inmueble y desconectaron el módem del servicio de Internet. Una vez seguros, desaparecieron de la zona en pocos segundos.
Luego la cuidadora desesperada se puso de pie y bajó las escaleras para suplicar auxilio en la calle para Alé que estaba descompensado y lastimado. Por la hora y el calor, ni siquiera la fortuna de un circunstancial transeúnte tuvo de manera rápida. No obstante gritó socorro hasta que la oyeron y se logró dar aviso al servicio de vigilancia 911 de la Policía.
La labor de los primeros uniformados que llegaron al lugar fue la de despegarle las múltiples vueltas de cinta que inmovilizaron a Alé y lograr que se tranquilizara mientras se dirigían hacia allí los enfermeros de la Red de Traslado.
También se montó la búsqueda de los asaltantes quienes, de acuerdo a la joven paraguaya son jóvenes de tez morena, altos y con acento porteño de voz.
Los investigadores policiales intentan establecer además, si los sujetos contaban con la información o el dato en relación a que Alé guardaba ese monto de dinero en su hogar y estaba próximo a utilizarlo para comprar un terreno en Posadas.
También resultó llamativo para los pesquisas, la insistencia de los malvivientes de exigirles también joyas a la víctima. No hay nada de eso en mi casa, mi señora ya falleció y nunca tuvimos nada de mucho valor, trabajamos con la farmacia hasta donde se pudo y después alquilamos el local, nunca tuvimos mucho dinero.
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