Luciano (56) ya cumplió cuatro condenas en Misiones y este viernes casi golpea en Paraguay, donde se hizo pasar por un empresario dispuesto a comprar una firma de seguridad. Cayó junto a su pareja y seis cómplices.Dueño de una capacidad discursiva descomunal, esta vez el denominado “mago de la palabra” no pudo hacer creer lo que no era. El conocido estafador misionero -condenado cuatro veces en la provincia- fue detenido el viernes al mediodía en Asunción (Paraguay), cuando intentaba una más de sus andanzas: comprar una empresa de seguridad privada valuada en 126 millones de pesos sin poner un solo centavo.Protagonista de una vida propia de la cinematografía norteamericana, el también llamado “mago Luciano” es oriundo de Oberá y terminó detenido junto a su mujer, de nacionalidad paraguaya al igual que los otros seis involucrados que terminaron junto a ellos en un calabozo.La aprehensión se produjo alrededor de las 12.30 en el Hotel España de la capital paraguaya, donde la comitiva de estafadores se había alojado para pergeñar la adquisición de una conocida firma de seguridad que, además, se dedica al transporte de caudales.“Se hizo pasar por empresario y aceptó pagar 7 millones de dólares. Ya tenía el contrato listo y firmado por él y sus secuaces, pero en la firma de seguridad desconfiaron. Y tenían razón. Era todo una puesta en escena”, confirmó a PRIMERA EDICIÓN en diálogo telefónico el comisario principal Omar Méndez, jefe del Departamento contra Hechos Punibles Financieros de la Policía Nacional del Paraguay.Verdaderos “simuladores”La “simulación” del “mago”, su mujer y sus cómplices comenzó semanas atrás, cuando se contactó con la empresa asunceña para solicitar el traslado de nada más y nada menos que 20 millones de dólares -algo así como 360 millones de pesos- desde Misiones hacia Paraguay.Desde la firma le indicaron que esa suma era imposible de transportar de manera física a través de la frontera en razón de la normativa vigente. Las cualidades del “mago”, entonces, entraron en acción: “¿Y cuánto vale la empresa? La compro entonces”, dijo desde el otro lado del teléfono.Desde Paraguay se mostraron interesados por la oferta y valuaron la firma en unos 7 millones de dólares, algo así como 126 millones de pesos argentinos al valor de cambio actual.Cual si fuera un capítulo de la afamada serie “Los Simuladores”, la comitiva se instaló en un hotel. El “mago”, en realidad, simuló ser asesor de un empresario. El resto tomó diferentes papeles, desde abogados hasta contadores públicos.“Se movilizaron como verdaderos empresarios. Hasta tenían todos los antecedentes e informaciones fiscales de la empresa que iban a comprar. Ellos ya habían firmado el contrato de compra-venta y solo restaba que lo hicieran los actuales propietarios”, apuntó Méndez, a cargo de la investigación.¿Por qué el “mago” no pudo salirse con la suya en lo que hubiese sido su “debut internacional”? Resulta ser que a la hora de arreglar la transacción de los 7 millones de dólares, aseguró a los empresarios paraguayos que depositaría ese monto en una cuenta del Banco de la Nación Argentina y que, en menos de 24 horas, el dinero pasaría a la cuenta que los vendedores tienen en el Banco Regional del país vecino.Los paraguayos, acostumbrados a manejar sumas de dinero altas en función de su servicio de caudales, desconfiaron. Es que sabían que ese tipo de transacciones son inmediatas. Decidieron postergar la firma del contrato por algunas horas y, cuando la comitiva se retiró, llamaron a la Policía.Parece ser que el “mago Luciano” y su gavilla olfatearon lo que se les venía y decidieron abandonar Asunción. Sin embargo, cuando salían del Hotel España, en pleno acceso, fueron apresados por Méndez y su grupo especializado, que a esa altura ya montaban en el lugar una vigilancia encubierta.El misionero quedó a disposición de la Justicia por fraude, por quinta vez en apenas quince años. Se trata de un récord que muy difícilmente alguien pueda superar.Una leyenda del delitoMucho antes de este viernes, el “mago de la palabra” ya era una leyenda del mundo delictivo misionero. Qué decir entonces ahora, que sumó su quinta detención por estafa en solo quince años.Tal como PRIMERA EDICIÓN publicó en exclusiva el miércoles 14 de noviembre de 2012, en una nota que alcanzó incluso repercusión internacional, Luciano recibió por aquel entonces su cuarta condena en Misiones.La seguidilla se inició en 2001, cuando el Tribunal Penal 1 de Oberá, de donde es oriundo, lo condenó a 5 años y 2 meses por catorce hechos de estafa a agricultores de la Zona Centro.Ya en mayo de 2005, aún en libertad condicional, fue enjuiciado por el TP 2 de Posadas y sentenciado a tres años, de nuevo por estafas. Aún cumplía esa pena cuando en abril de 2006 debió responder nuevamente ante el TP 2 posadeño por hacerse pasar por gestor del Iprodha y “vender” casas en Itaembé Miní.Volvió a la libertad pero, en 2010, reapareció en chacras de Colonia Alberdi y Aristóbulo del Valle para ofrecer, anticipo mediante, vehículos en depósito judicial sin necesidad de asistir a los remates judiciales. Por esos delitos lo condenaron en 2012.Cumplió en la UP-II de Oberá, de donde debió ser trasladado a la UP-III?de Eldorado, después de sacarle dinero a otros internos para gestionar una computadora que nunca apareció. Increíble pero real. Acusado también de embaucar a una mujer que quiso ser intendenta de General Alvear, recuperó la libertad y sus huellas se evaporaron hasta ayer, cuando su leyenda volvió a ser noticia.
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