Cerca de un centenar de personas con sus perros, de las más variadas razas, edades y tamaños, fueron llegando a San Roque cerca del mediodía, horario fijado para recibirlos en el patio de la parroquia, lugar donde se fueron acomodando bajo la sombra. Puntualmente, como es su costumbre en cada celebración, el padre Salazar llegó, saludó a los presentes, leyó un párrafo de la biblia y destacó la buena actitud de los propietarios de las mascotas en acercarlas para compartir el día de San Roque. Luego procedió a la bendición de los animales con agua y un ramo de oliva.
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