A dos años del crimen de la adolescente de 16 años, Horacelia Génesis Marasca, la causa aguarda los pasos finales para que el acusado de “homicidio agravado por la convivencia” sea juzgado por el Tribunal Penal 2 de esta capital.El caso que conmovió a la provincia y trascendió a los medios de comunicación nacionales, tiene un único sospechoso. Martín Fernando Monzón de 36 años exconcubino de la víctima asesinada a puñaladas, cuyo cuerpo fue desmembrado y arrojado en bolsas por distintos puntos de Villa Cabello.Monzón ante el juez de Instrucción 6, Ricardo Balor, confesó haber cometido el crimen, aunque sostuvo que se produjo en el contexto de una discusión con Horacelia.Sobre lo sucedido durante la noche del domingo 16 de agosto en la vivienda de la chacra 150, Martín Monzón relató ante el magistrado: “Peleamos y en el forcejeo el cuchillo se le clavó en el pecho. La vi caer a piso en la sala. Luego sentí mucho miedo, no sabía qué hacer, yo la cuidaba (a Horacelia) y no quería que eso pasara”.El testimonio de Monzón fue preciso ante Balor y acompañado por el defensor oficial Miguel Varela remarcó: “Tuve mucho miedo (…) Primero me bañé, me dirigí a la habitación y busqué ropa, volví al baño, me cambié y me deshice del cuerpo”.La declaración a la que PRIMERA EDICIÓN tuvo acceso, gracias a sus fuentes, también detalla cada paso que dio el concubino de Horacelia. “Puse el cuerpo en cinco bolsas de residuos, dos de ellas las tiré en el contenedor a la vuelta de mi casa, otra en un caño que atraviesa la avenida Kolping cerca del mirador (de la costanera Oeste) y las dos restantes en un desagüe en un estacionamiento de la costanera cerca del club Rowing (Capri)”.Para llevar las bolsas con los restos, manifestó: “Las escondí en el changuito del bebé. Las dos primeras bolsas las arrojé cerca de las 22.30 (del domingo), al otro día tiré las demás, a las 5 de la mañana aproximadamente. Mientras calmaba al bebé saqué las bolsas (…) Yo pensé que nunca se iba a saber nada. También tiré una remera mía porque estaba muy ensangrentada, lo hice junto con el cuerpo de ella”.El acusado intentó atenuar su responsabilidad, dando su versión sobre el contexto de convivencia que entabló con Horacelia: “Siempre cuidé al menor (por el bebé de siete meses), hice lo mejor posible”.“La conocí (a Horacelia) cuando comenzó a trabajar en mi casa como enfermera, mantuvimos una relación hasta que mi familia se opuso. Por ese motivo terminé enfrentado y dejando mi hogar para ir a vivir con ella a un departamento (en Villa Cabello) a cambio de la refacción del mismo”, sostuvo Monzón y agregó: “Tuvimos un bebé y después del parto ella empezó a salir con otro hombre (…) Siempre estábamos en conflicto, con discusiones y peleas. Para buscar calmarla la anoté en la escuela, pero ella abandonó. Le conseguí un trabajo, pero también lo abandonó”.A Monzón le preguntaron en el acto testimonial cómo se dio cuenta que había fallecido Horacelia, ante la sospecha de que la seccionó aún viva: “Le toqué el pulso y me di cuenta que estaba muerta. Si notaba que estaba viva, juro que iba a buscar ayuda”.Luego manifestó que sus pasos siguientes fueron: “Salí a la calle, afuera, e hice como que ella se había ido, porque ella siempre me dejaba solo (…) Todos me preguntaban por ella, pero respondía que ella se había ido”A un pasoEl expediente se encuentra para debate en el Tribunal Penal 2, pero en etapa de admisión de pruebas para las partes, último peldaño previo a fijarse fecha de inicio del juicio oral. De acuerdo a la elevación a juicio de la fiscal María Laura Álvarez y el juez de Instrucción 6, Ricardo Balor, Horacelia fue asesinada de tres puntazos en el pecho, uno le atravesó el corazón y lastimó la columna vertebral. De acuerdo a la acusación, tras el ataque Monzón desmembró el cadáver y repartió cada parte en cinco bolsas por distintos sectores de Villa Cabello.Según el expediente, el crimen fue cometido entre las 21 y 23 del domingo 16 de agosto de 2015 en la chacra 150 de Posadas, sobre avenida Tambor de Tacuarí casi Eva Perón.En ese lapso de tres horas, se estima que Horacelia le dijo a su pareja que tenían que hablar y le expuso sus intenciones de rehacer su vida sentimental con otro sujeto. Eso habría enfurecido a Monzón, quien le propinó tres puñaladas.De la autopsia surgió que la adolescente recibió un corte a la altura del esternón, otro unos pocos centímetros más abajo y un tercero, letal, que le atravesó el corazón y tuvo una profundidad de 14 centímetros.Monzón luego descuartizó el cadáver. Separó la cabeza del cuerpo y después dividió el tronco en dos, para finalizar con la amputación de los demás miembros. Envolvió cada uno de esos restos en bolsas y las subió al carrito que utilizaba para pasear al bebé. Durante la mañana del lunes 17 de agosto fue a la comisaría Séptima y preguntó si alguien había visto a Horacelia. Hasta fue a la casa de la madre de la menor para “avisar” que había desaparecido. Norma Benítez, no le creyó y denunció lo que había sucedido y activó la labor de investigadores. El viernes 28 de agosto de 2015, Monzón se quebró y su testimonio facilitó el hallazgo de los restos de la adolescente a orillas del arroyo Mártires.
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