Los McCann, Gerry y Kate, habían viajado de vacaciones al Sur de ese país en compañía de sus hijos mellizos y la pequeña. El padre era médico y acostumbraba dar somníferos a los niños para que se durmieran. En la noche del 3 de mayo, el matrimonio McCann acudió a un restaurante a escasos sesenta metros del departamento en el que se alojaban. Supuestamente se turnaban para controlar al sueño de sus hijos, pero en uno de esos controles la madre no halló a Madeleine. Primero acusaron a un británico que residía en la ciudad de la desaparición y luego a los propios padres. La causa se cerró y reabrió varias veces, mientras continúan las constantes especulaciones y el paradero de la niña -que hoy sería adolescente- aún es un misterio.No obstante, "todavía hay esperanza de que podamos encontrar a Madeleine", aseguraba la madre, Kate McCann, en una entrevista publicada en los últimos días por la BBC.
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