Y seguimos leyendo en vacaciones. Continuando en nuestra biblioteca virtual, hoy completaremos la síntesis de la conceptuosa introducción de Ramiro Calle para su obra El Gran Libro del Yoga. Y lo haremos desde el punto en que el autor afirma que es necesario el cuidado del cuerpo, pero mucho más lo es el de la mente, porque considerando que más de un 70% de los trastornos de salud tienen carácter psicosomático, comprenderemos la importancia de ejercitar, cuidar, cultivar y reeducar la mente, para mantenerla equilibrada, consciente y subyugada.Veamos. Yoga significa unión y tiene mucho que ver con la palabra yugo. Por eso el yogui busca, por un lado, reunificar sus energías dispersas para unirse a su naturaleza más íntima y real; y por otro, se ejercita para poner la mente bajo el yugo de su conciencia, a fin de que esa misma mente que vela la conciencia cuando no está desarrollada y purificada, sea la que desvele y proporcione una sabiduría de gran alcance, tanto para la vida cotidiana como para avanzar hacia lo incondicionado.Como el yoga tiene un sentido muy pragmático, sus maestros han insistido en la necesidad de aprender a manejarse hacia fuera y hacia dentro, es decir, en el ámbito de la vida diaria y en el de la vida interna. Y más aún: aprender a instrumentalizar las situaciones y eventos cotidianos para propulsar el crecimiento interior y acceder a una actitud mental de lucidez y ecuanimidad. Así, la vida misma se torna un maestro y un desafío, y el practicante la aprovecha para ejercitarse interiormente e incluso para acopiar energías y acrecentar conciencia, en lugar de dejar que las energías se debiliten y la conciencia baje a un nivel muy pobre, como suele ocurrir con el desgaste a que nos somete habitualmente la vida cotidiana, provocando también ese estado psíquico de somnolencia y mecanicidad que diseca la existencia diaria, robándole su gloriosa frescura.Por eso el yoga psicofísico, o Hatha Yoga, si se practica con la debida actitud, tiene mucho de yoga mental y es un ejercicio para la contención de los pensamientos recurrentes y de la imaginación perniciosa. Todas sus técnicas, al exigir la presencia de la atención aquí y ahora, predisponen saludablemente a la mente para que pueda conectarse más con la realidad presente, en lugar de desertizarse en inútiles memorias y ensoñaciones.Precisamente por su capacidad para “desautomatizar” y cultivar el equilibrio interior, el yoga tiene un papel destacado en el campo de la salud mental, pudiendo colaborar con eficacia en el tratamiento de conflictos internos y tendencias neuróticas, además de estados de estrés. También demuestra ser muy útil en el ámbito pedagógico así como en niños y adultos con discapacidades y en personas con diversas adicciones. Consideremos que desde hace años nuestra disciplina se ha ido abriendo camino en muchas direcciones, tanto en seminarios espirituales como en escuelas, fábricas, oficinas, clubes, hogares de adultos mayores e inclusive en prisiones, con técnicas que se vienen perpetuando por milenios, porque yoga es aquí y ahora, es siempre. Namasté.ColaboraAna Laborde Profesora de Yoga [email protected]. 4430623
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