El magistrado propuso un régimen de procedimiento misionero con personas menores de 16 años, empezando por quitar la clasificación de “menores” y pasar a llamarlos niños y adolescentes como lo establece la Constitución Nacional de 1994.Esta cuestión proviene desde los hechos que impactaron fuerte a la sociedad donde una joven de quince años manejaba sin autorización, en un automóvil Mini Cooper que según allegados fue regalado por su padre en su último cumpleaños; embistió a un motociclista que perdió la vida. Y luego, el hijo de una reconocida dirigente gremial que golpeó a su exnovia en la escuela a la que -a las pocas horas- la habría seguido amenazando.Jiménez apunta a dotar al Poder Judicial de herramientas que permitan la reintegración social como la orientación con apoyo socio-familiar, la mediación, la escolarización, la prestación de servicios a la comunidad, pero también buscar un resarcimiento de las faltas cometidas o la reparación del daño por parte del niño o adolescente o de sus responsables directos que hoy no existe. Desde la Justicia parte una demanda de gran parte de la sociedad que ve cómo sus legisladores bajan la edad para ser parte de la nocturnidad en las principales ciudades, pero no para responder por actos como los descriptos anteriormente.Como bien lo expresó el juez, lo peor que nos puede pasar es que el niño o un adolescente vuelva a su casa sin más asunto, sin entender la gravedad de sus actos y sin nadie que logre que no repitan los errores cometidos ni los costos que significan para terceros.
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