Una nueva celebración patria estamos próximos a festejar, pero este año con una connotación muy especial porque han pasado nada más y nada menos, que 200 años de aquel histórico día en el cual el país proclamó su independencia política de la monarquía española y renunció a toda dominación extranjera.Sin duda, acontecimientos tan significativo como éste no podemos dejar de recordarlo, pero especialmente es un tiempo para dar gracias a Dios por tantas bendiciones recibidas en estos 200 años de independencia, además de asumir el reto de seguir fortaleciendo esta querida Patria con el esfuerzo y compromiso de cada habitante de este suelo argentino. Cuando celebramos un nuevo aniversario de nuestra independencia, el sentimiento que prevalece es de gratitud por el legado que nos han dejado tantos próceres que gastaron sus vidas para que hoy, a pesar de las dificultades que a diario enfrentamos, pudiéramos disfrutar de una patria libre y soberana.Y este suceso tan caro a los sentimientos de todo ciudadano argentino, nos invita a comprometernos cada día más con las causas de nuestro país. Aunque tengamos muchos reclamos por hacer -tal vez no adherimos al gobierno o estamos desconforme con las instituciones, con el sistema económico, con la inseguridad, la falta de trabajo, los bajos salarios-, nada de esto debe ser motivo para estar fuera de nuestra Patria o dejar de comprometernos por trabajar con alegría y entusiasmo por el crecimiento y grandeza de nuestro pueblo.Porque, ¿qué es la patria? La patria no solo son sus gobernantes, sus instituciones. La conformamos todos quienes habitamos este querido suelo donde nacimos. Es por eso que el verdadero sentimiento patriótico nos llama a tomar consciencia de la tarea y responsabilidad que tenemos todos los ciudadanos “seguir forjando y construyendo la patria”. Pero, “construir la patria” no debe ser una hermosa frase que pronunciamos en nuestros discursos, sino que es indispensable hacerla realidad en nuestra vida cotidiana. Debe llevarnos a reflexionar sobre hechos y actitudes frecuentes que en lugar de engrandecerla la empequeñecen. De allí que nuestras decisiones personales representan un gran aporte para la construcción o destrucción de ella. Por eso, “construir la patria” exige una actitud de esfuerzo y trabajo sincero. San Pablo lo expresa con palabras muy claras: "Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2 Tes 3,10). Necesitamos una sociedad capaz de esforzarse y aportar con su trabajo de todos los días para seguir creando la patria que soñaron nuestros próceres. Trabajar por nuestra nación es mucho más que cumplir un horario, es realizar cada día de mi vida, con responsabilidad y dedicación, aquello que me asignaron hacer. “Construir la patria” supone ocuparnos de las cosas más allá de lo "estrictamente mío". Porque muchas veces todo aquello que pertenece “a todos”, en nuestra sociedad es considerado “de nadie”.Y es así que no cuidamos, ni protegemos los lugares comunes, ya que colmamos de basura nuestras hermosas plazas, rayamos monumentos, destruimos espacios comunes de nuestra sociedad. Pareciera que donde no hay alguien que nos vigile, controle y sancione nos cuesta practicar la libertad. Qué bueno que vigilemos los pequeños detalles en aquellos espacios que son comunes a todos los ciudadanos: medio ambiente, calles, veredas, plazas, estatuas, escuelas, hospitales. Porque todos ellos nos pertenecen.Por eso les invito a celebrar el bicentenario de nuestra independencia, asumiendo la responsabilidad de salvaguardar, proteger y sostener esta hermosa casa que Dios nos ha regalado. Todo esto nos permitirá alcanzar una convivencia armónica para que nuestros niños, jóvenes y ancianos puedan caminar tranquilos por nuestra ciudad, constituyendo una Nación verdaderamente libre y en la que cada habitante sienta un verdadero orgullo por pertenecer a esta hermosa tierra que Dios nos ha ofrendado.Que nuestros festejos alcancen una verdadera algarabía, pero, por sobre todo, logren el ferviente deseo de seguir festejando nuestra independencia, y para ello debemos seguir fortaleciéndola día a día.
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