Buscar consensos a través del diálogo para aplicar políticas de Estado que lleven al pueblo hacia una mejor realidad pareciera ser uno de los temas en la agenda.Lo promociona el oficialismo, lo reclama la oposición, lo piden diversos sectores sociales y acaba de plantearlo la Iglesia Católica a través de los obispos.Hacerle frente a los grandes desafíos de la Argentina de cara al Bicentenario es una tarea que ya no admite demoras. Uno de los ítems en esa agenda es darle una salida a los por lo menos trece millones de argentinos sumidos en la pobreza.Así las cosas, que surja una mesa de concertación será responsabilidad exclusiva del presidente Mauricio Macri.Sin embargo, la tensión puesta en la titánica tarea de administrar la crisis que recibió, parece restarle tiempo y “timing” al actual Gobierno que demora ese llamado al diálogo estrechando así su margen ante una sociedad que comienza a manifestarse impaciente.Esa misma impaciencia se dejó escuchar la semana pasada cuando la Iglesia Católica volvió a plantear, como lo viene haciendo desde hace quince años, la necesidad de conformar una mesa de diálogo que apunte a acuerdos sociales que trasciendan los colores y las pasiones políticas.“Tarde o temprano vamos a tener que llegar a un acuerdo nacional, o como se lo quiera llamar”, opinó monseñor Jorge Casaretto, obispo emérito de San Isidro y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.Sin embargo, el llamado eclesiástico fue rapidamente acallado por el Gobierno Nacional que, a través de su jefe de Gabinete, matizó la situación señalando que el primer mandatario nunca descartó convocar a una multisectorial con el objetivo de un gran acuerdo nacional.Quizás el ansiado anuncio buscado por la Iglesia desde hace tres lustros llegue con las celebraciones por el Bicentenario de la Patria. Sería de hecho una de las mejores maneras de honrar la memoria de nuestros héroes.
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