En 2012 Franz H Messeli estudió y publicó en la revista New England Journal of Medicine un estudio llamado “El consumo de chocolate, la función cognitiva y los Premios Nobel”. Así expresaba Messeli: “Dado que el consumo de chocolate hipotéticamente podría mejorar la función cognitiva no solo en los individuos, sino también en toda la población, me preguntaba si habría una correlación entre el nivel de consumo de chocolate de un país y la función cognitiva de su población. Que yo sepa, no hay datos sobre la función cognitiva global nacional disponibles públicamente. Es concebible, sin embargo, que el número total de Premios Nobel per cápita podría servir como criterio de valoración indirecto para reflejar la proporción con la función cognitiva superior y con ello tener una medida de la función cognitiva general de un país […]El principal hallazgo de este estudio es una correlación sorprendentemente potente entre el consumo de chocolate per cápita y el número de Premios Nobel de distintos países. Por supuesto, una correlación no implica causalidad, pero sí indica que hay una influencia entre dos factores. Como el consumo de chocolate se ha documentado como factor de mejora de la función cognitiva, parece probable que la ingesta de chocolate ofrece abundante tierra fértil para el surgimiento de los Premios Nobel. Obviamente estos resultados solo sirven para generar una hipótesis, y deberán ser probados en un ensayo prospectivo y aleatorizado”.Ahora se corrobora cientificamente eso de que es tan bueno leer un libro y comerse un chocolate. El mejor chocolate es el puro, esos que son incluso un poco amargos. Aumentamos la capacidad cognitiva acompañando una buena lectura, y alimentamos el cerebro.
Discussion about this post