Este martes 18 de mayo se celebra el Día de la Escarapela, el emblema patrio que se puede llevar sobre el pecho y que tiene una tradición ligada a la constitución de la Argentina como república.
Es posible que el 21 de mayo French y Beruti hayan repartido las cintas blancas en el marco de la revolución de 1810, pero no es certero el dato, según asegura el Ministerio de Educación de la Nación. Lo que sí se sabe con seguridad es que Manuel Belgrano fue quien propuso que se creara una Escarapela nacional en 1812, teniendo en cuenta que hasta ese momento los distintos cuerpos del Ejército utilizaban diferentes distintivos.
Unos días después, el 18 de febrero, el Triunvirato aprobó el uso de la Escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste. “Sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste…”, señala el Decreto del 18 de febrero de 1812 del poder constituido por el Triunvirato, formado por Manuel de Sarratea, Juan José Paso y Feliciano Antonio Chiclana, y Bernardino Rivadavia como secretario.
Una versión dice que provenían de los colores borbónicos, de la casa de Fernando VII (Rey de España). Esta versión tiene en cuenta que algunos sectores que apoyaban la creación de la Primera Junta lo hacían como una forma de gobernar en nombre del rey depuesto.
Se afirma que los colores blanco y celeste fueron adoptados por primera vez durante las Invasiones inglesas (1806-1807) por los Patricios, el primer cuerpo de milicia urbana del Río de la Plata y que luego empezaron a popularizarse entre los nativos.
Lo cierto es que Belgrano debió omitir el color rojo ya que, como él mismo lo expresara por escrito, las tropas españolas y pro españolas lo estaban usando en sus emblemas.
¿La primera vez?
Dicen que la Escarapela fue utilizada por primera vez por un grupo de damas de Buenos Aires al presentarse a una entrevista con el entonces coronel Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios, el 18 de mayo de 1810.
Durante las jornadas del 22 y 25 de mayo de 1810, los patriotas identificaban a los adherentes a la Revolución de Mayo otorgándoles unos cintillos blancos en la casaca y en el sombrero una escarapela encarnada acompañada con un ramo de olivo a modo de penacho.
Aseguran que el 21 de mayo de 1810 se repartían tales cintas blancas como signo de paz y unión entre los patriotas y los partidarios de España pero que, ante la hostilidad de los segundos, el 30 de mayo comenzaron a repartirse cintas rojas como signo “jacobino”.