Las tres cuartas partes de las exportaciones del país tienen como origen la Región Centro y Buenos Aires (77,5%), seguida por la Patagonia (8,4%) y casi en iguales proporciones por Cuyo (6,4%) y el NOA (6,2%), mientras que el NEA aporta un modesto 1,4%. Misiones, relativamente, se destaca y exhibe algún crecimiento, considerando su retraso histórico en términos de desarrollo, al no haber sido incluida en el pelotón de las más rezagadas en materia de exportaciones: Formosa, Tierra del Fuego, Corrientes, Chaco, Neuquén y La Rioja, todas con menos de 0,5% de participación, y que juntas sólo suman 1,8%. Al relevar la evolución de un sector de la economía que es central en cualquier proyecto de crecimiento, la medición, basada en estadísticas de 2013, dibuja un cuadro de situación que llama a la reflexión sobre los resultados de la década pasada y las expectativas que se abren en torno a la reinserción en los mercados externos. Junto al retraso de las provincias del Norte, la alta concentración de la actividad exportadora en el Centro y Sur del país sugiere la persistencia de un proyecto centralista con raíces en el tradicional esquema agroexportador; el cual no se habría modificado sustancialmente en la década pasada. La concentración del 81% de las ventas al exterior en cinco distritos, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Chubut y Entre Ríos, es una impactante demostración de lo antedicho.También lo es la composición de las exportaciones en los conglomerados más importantes, en los que predominan las MOA (Manufacturas de Origen Agropecuario) y en cambio es menor el peso de las MOI (Manufacturas de Origen Industrial), rubro en que destaca la industria automotriz, calificada críticamente como una “armaduría industrial”.
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