Aunque con consignas aparentemente alejadas una de la otra, las dos protestas que se llevaron a cabo el lunes en esta ciudad, en rechazo al "tarifazo" aplicado por Emsa una de ellas, y la otra por una nueva celebración del Día Internacional de la Lucha contra las Represas, reconocen más de un punto en común.La consulta popular realizada en 1994, que culminó en una victoria contundente del “No a Corpus” quedó registrada en la historia provincial como un hito que dio forma a una toma de conciencia ambiental -el plebiscito instaló de una vez y para siempre la problemática de las represas en la provincia- y a la vez un crecimiento colectivo en cuanto a la expresión ciudadana, alentada por el ejercicio inédito en una forma de democracia semidirecta.Las protestas contra el abusivo “tarifazo” que aplicó la empresa estatal de electricidad comparte con las acciones contra la instalación de represas, iniciadas en el ya histórico plebiscito de 1994, el ser una expresión de la ciudadanía en acción, en este caso autoconvocada para rechazar un incremento indebido de la tarifa eléctrica que afecta a todos los usuarios misioneros. El descontento con el costo de la electricidad que se vive hoy con indignación a causa de la actitud de la prestataria, tiene también como antecedente, según observaron el lunes dirigentes de la Mesa por el No a las Represas, 30 años de incumplimiento del Tratado de Yacyretá, que previó otorgar en zona de afectación un precio diferencial. Las tres décadas de incumplimiento de esta promesa de compensación a los pueblos afectados, respaldada en un acuerdo binacional por añadidura, denuncia la actitud asumida por gobernantes prontos a participar en el negocio de la energía, pero lentos a la hora de pelear por los beneficios que merece recibir el pueblo de la provincia. Por eso el rechazo a los abusos de Emsa y el no a más represas, que canalizan el sentir de una mayoría de los misioneros; son parte de una misma toma de conciencia.
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