El abogado defensor de Martín Monzón, detenido por el aberrante <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/3070/horacelia-fue-desfigurada-y-una-punalada-le-atraveso-el-corazon-hasta-.html">femicidio de Horacelia Génesis Marasca, cuyo cuerpo fue descuartizado y las partes arrojadas en distintos puntos de la costanera oeste de Posadas</a>, pidió que su cliente sea inyectado con pentotal sódico para demostrar, en una ampliación de indagatoria, que no tuvo intención de matar a la adolescente de 16 años.El pentotal sódico es una droga que se utiliza como anestésico y en la jerga judicial se la conoce como “el suero de la verdad”. En medicina se apela a ese fármaco para dormir al paciente y evitar que sufra dolor. Lo que se denomina anestesia total.Años atrás, en alusión a un caso que despertó polémica en Uruguay, el entonces decano de Medicina de la UBA, Alfredo Buzzi, explicó que el pentotal “se usa en dosis menores donde el sujeto interrogado no es dormido a un plano profundo sino superficial, como si tuviera un sueño normal y así puede responder preguntas. Es parecido al sueño hipnótico”, indicó el profesional en esa oportunidad.El planteo de la defensa es inédito en Misiones y probablemente, a nivel país. Pero, a diferencia de lo que ocurrió en Uruguay, donde el juez que investigaba a una enfermera, acusada de matar a sus pacientes, autorizó que ella declarara bajo los efectos del pentotal, aquí el magistrado que entiende en la causa Marasca acaba de rechazar el planteo. Según fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, el juez Ricardo Walter Balor, titular del Juzgado de Instrucción 6 de esta ciudad, consideró que sin los pilares que deben guiar la declaración de un imputado -los de discernimiento, intencionalidad y libertad- podría vulnerarse el derecho de defensa de aquél.Al parecer, la resolución que denegó el recurso fue notificado el viernes a la defensa que, seguramente, recurrirá a la Cámara de Apelaciones en lo Penal y Correccional para torcer el rumbo de los acontecimientos.Mientras, Balor trabaja para cerrar la investigación y remitir el expediente a la fiscalía, que deberá efectuar el requerimiento de elevación a juicio oral y público, siempre y cuando considere que la instrucción está agotada. El antecedente de la enfermera uruguayaUruguay es uno de los países que autorizó que un imputado preste declaración indagatoria bajo los efectos del pentotal sódico, en Montevideo. El caso saltó a la luz en 2006. Se trató de una enfermera acusada de matar a sus pacientes supuestamente por lástima y para evitar que sufrieran, aunque ella había argumentado que se trató de un error.El abogado defensor, Gustavo Salle, había pedido que su defendida declarara bajo esa metodología.El diario La Nación publicó en ese entonces que el objetivo de la defensa era “demostrar que no había tenido intención de matarlo, sino que había cometido un error”.En el procedimiento estuvieron presentes el juez Gustavo Mirabal, la fiscal, el abogado Salles, un anestesista y un equipo de profesionales médicos.Una vez que se le suministró el fármaco, una psicóloga efectuaba a la paciente las preguntas que las partes tenían para hacer.La enfermera, en ese estado, afirmó: “yo no mato a mis pacientes, yo quiero a mis pacientes y quiero mi empleo de enfermera”.Amén de esta procedimiento, la Justicia uruguaya no tuvo en cuenta el contenido de ese testimonio y terminó condenando a la sospechosa por homicidio culposo.La pena fue 18 meses de prisión de cumplimiento efectivo. Fue adoptada por la jueza Graciela Eustachio en 2008 y confirmada por el Tribunal de Apelaciones de Uruguay.El diario La Nación consignó que el Tribunal de alzada consideró que el “narcoanálisis” “es de dudosa legalidad” porque las respuestas que brinda el indagado “no tienen más valor que las expuestas durante cualquier interrogatorio”.En Misiones, sin dudas, es un planteo inédito que abrirá la polémica en los estrados judiciales. La defensa seguramente recurrirá la decisión adoptada por el juez de Instrucción 6 de Posadas, Ricardo Walter Balor, quien está al frente de la investigación por el asesinato de Horacelia Génesis Marasca.Un caso atrozHoracelia Génesis Marasca. Ningún otro hombre fue mencionado con mayor asiduidad en las crónicas policiales durante el último cuatrimestre de 2015. Y si después pasó a un segundo plano, fue indefectiblemente porque acaeció otro crimen igualmente atroz.La adolescente de 16 años, madre de un niño de tres meses, fue asesinada en su departamento de la chacra 150, el 16 de agosto del año pasado. Con posterioridad, el asesino se deshizo del cuerpo seccionándolo en partes y arrojándolo en distintos puntos de la zona costera, al oeste de Posadas.Martín Monzón, de 32 años, concubino de Horacelia y padre del menor de tres meses, fue detenido y acusado del aberrante homicidio.Aunque la defensa lo desmienta, se trata de un homicida confeso que, con posterioridad, adujo como coartada que Horacelia lo había atacado con un cuchillo, que él atinó a defenderse y que en medio del forcejeo se produjeron los tres puntazos que acabaron con la vida de la adolescente.Sin embargo, las conclusiones de la autopsia parecieran contradecir esa teoría. El informe forense destacó que una de las cuchilladas por poco lesionó la espina dorsal de la víctima, lo que difícilmente se produzca en medio de un forcejeo.Monzón está privado de su libertad por el delito de “homicidio doblemente agravado” y en caso de ser declarado culpable en debate oral y público, será condenado a la pena de prisión perpetua.
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