POSADAS. Desde pequeña, Eliana fue valiente. Enfrentó los inconvenientes que se le ponían por delante. “Y siempre fue una nena, luego adolescente y ahora mujer, segura”, así la describió a PRIMERA EDICIÓN, Eduardo Kraw-czyk, padre de Eliana. “Pero, cuando falleció mi esposa… ella no sabía qué hacer”. Un día Eliana vio un anuncio en Internet sobre la vida en los buques de guerra. Y esto le interesó.“Me preguntó qué opinaba. Y le dije ‘hija yo te veo a vos dentro de seis meses con el uniforme de cadete y el sombrerito’. Y se fue”. Con ella, se llevó una foto de su mamá en la billetera. Viajó hasta la Delegación Naval de Posadas, donde le contaron como es la vida en el mar y eso la convenció. Abandonó sus estudios de Ingeniería Industrial en Oberá para ingresar a la Armada. Luego, el destino la llevó a Mar del Plata, cuna de los submarinos.En la actualidad, Eliana Krawczyk, es teniente de fragata, corbeta, cargo que la convierte en la primera oficial submarinista del país y de Sudámerica. Y esto motivó al diario Clarín a dedicarle una nota exclusiva a la obereña que con sus 33 años, dio fin al último bastión del predominio masculino en el mar. Hoy, hay más de 3 mil mujeres que cumplen servicio en áreas de la Armada Argentina, entre oficiales y suboficiales, pero sólo siete son submarinistas y Eliana es la única con rango de oficial.De Japón a la India En 2003 Eliana rindió el ingreso a la Escuela Naval Militar, y contó que en el primer año de la Escuela Naval “al ingresar, la idea de ser la primera, en vez de intimidarme, me motivó”. En la Fuerza de Submarinos, en ese momento con más de 70 años de trayectoria, nunca había incorporado mujeres en sus filas.Eliana egresó de la Escuela Naval en 2008 y ese año, como guardiamarina en comisión, hizo el viaje de instrucción a bordo de la fragata ARA “Libertad”. “Fue un curso donde habían 700 participantes. Primero quedaron 400, después 200 y por último sólo quedaron números. Ella terminó el curso y se fue con la Fragata Libertad. Recorrió el hemisferio sur. Estuvo en Japón, India, China, Australia. Esquivó tormentas en el Océano Pacífico y volvió a Buenos Aires. Pero yo no pude ir a recibirla, en ese momento no podía y fue mi hermano”, recordó Eduardo. Luego, quedó en silencio y siguió “estoy tan orgulloso de mi hija. Para un padre, saber que una hija logró cumplir sus sueños es un orgullo enorme. Nosotros somos una familia de clase media baja”. Después del primer viaje, tuvo como destino la corbeta ARA “Robinson”; luego se fue al transporte ARA “Canal Beagle” con el que hizo dos campañas antárticas. Más tarde, a la Escuela de Oficiales de la Armada, donde se especializó en Armas Submarinas. “Le gustó lo del submarino e hizo el curso. Se recibió y ya lleva ganando más de cinco premios por buena compañera y por ser excelente estudiante”, contó orgulloso Eduardo.Para ese entonces, la Armada empezó a convocar a mujeres para el curso de submarinos y buceo en Mar del Plata. Eliana se anotó. Hizo el curso de escape de submarinos en el 2012 para empezar el curso en la Escuela de Submarinos y Buceo, el centro de formación inicial de quienes aspiran a tripular un submarino de la Armada. “La primera vez que entré en un submarino me sorprendió lo distinto que era a un buque”, recordó Eliana. Y agregó “todos me preguntan si me asustan los submarinos. Para mí son impresionantes, algo intrigante y emocionante”.Su meta ahora es obtener el último bastión: convertirse en la primera comandante de submarinos de la historia de la Armada Argentina.
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