COLONIA WANDA. Colonia Lanusse es una de las más antiguas de la zona. En sus orígenes tuvo una importante cantidad de habitantes y era el centro social y comercial de la región. Para dar un ejemplo, llegó a tener cine y teatro, donde los pioneros se congregaban. Pero las erróneas políticas agropecuarias provocaron que muchos de esos pioneros fueran abandonando Lanusse por la falta de apoyo y servicios básicos y hoy tiene menos población de la que tenía hace treinta años. Los que quedaron siguen trabajando la tierra y, a pesar de las dificultades, apuestan a un futuro mejor.Vivir con miedoDiego Luis Ladtke vive junto a su madre Elsa Margarita a aproximadamente siete kilómetros de la destruida ruta provincial 19. Son productores de yerba, maíz, mandioca y crían algunos animales. Son de Lanusse y viven de su producción.Este lugar, que supo ser tranquilo durante mucho tiempo, hoy se encuentra conmocionado por los continuos atropellos y por la inacción de las autoridades.“Me amenazaron y me quieren sacar la chacra”, denunció Diego, quien trabaja en el lugar “desde siempre y tengo todos los impuestos pagos desde hace 17 años, tengo plantadas nueva hectáreas de maíz, cuatro de mandioca y una y media de yerba”. Relató que “todo empezó hace unos meses, cuando vinieron un día e invadieron y empezaron a tumbar el monte. Cuando yo les dije que estaban invadiendo y que los iba a denunciar, me amenazaron con armas y me dijeron que ellos iban a seguir tumbando. Yo hice la denuncia en la comisaría de Wanda, pero no hicieron nada, ellos siguieron tumbando”.La situación no quedó ahí: días atrás, y en ausencia de Diego, llegó un grupo de gente con armas y herramientas e invadiendo nuevamente la propiedad para desarmar y destruir la vivienda. “Hace un mes volvieron a amenazarme con que iban a venir con un zanello y atropellar mi casa y la plantación. Yo efectué la denuncia, pero la Policía no actúa. Hace dos semanas yo salí hasta el pueblo y cuando volví me habían tirado la casa abajo, yo no estaba, pero mi mamá vio todo”, protestó.Elsa tomó la palabra y detalló lo sucedido: “Doy gracias a Dios que cuando vinieron mi hijo no estaba, porque no sé qué podía haber pasado. Yo estaba trabajando en la tierra cuando escuché unos ruidos raros de tablas, eran cuatro personas con barretas, herramientas, perros, con botellas de cerveza en la mano y armas. Yo estaba sola y no me animé a hacer nada, vi como desarmaban toda la casa y no podía hacer nada, estaba paralizada por el miedo, destruyeron todo”. Pedido a las autoridades“Hoy vivo con miedo, estamos amenazados y nadie hace nada, acá está nuestro esfuerzo de toda la vida, derramamos sudor para tener esto y de esto vivimos , necesitamos que las autoridades hagan algo”, reclamó. “Tenemos mucho temor, uno hace la denuncia y no dan artículo, inclusive no ponen exacto lo que uno dice, yo no sé si hay coima o qué, pero la Policía no actúa como corresponde, nosotros somos gente de trabajo, no estamos tranquilos, yo muchas veces tengo que salir y mi madre queda sola, y como viene la mano puede pasar cualquier cosa”, agregó Diego.
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