Las acciones para proteger a los ferrobarcos se quedaron sólo en los anuncios. Pasaron cuatro meses desde que la Provincia dio a conocer su plan de recuperación de los ferris “Ezequiel Ramos Mejía” y “Roque Sáenz Peña”, dos elementos únicos en el mundo y reconocidos como patrimonio histórico local, pero, en vez de ello, lo último que pudieron saber los ferroaficionados que siguen de cerca los procedimientos para su resguardo, es que las naves están cada vez más rotas.
Comúnmente llamadas los “gigantes del Paraná”, que en octubre de este año cumplen 102 años, “siguen estando a la deriva o peor que antes de la noticia del plan de su preservación”, denunció la exferroviaria Analía Colazo para quien “hay una solución para los barcos. Nada más se está tardando -y demasiado- en ponerla en práctica”, criticó.
“Lo último que nos informaron fue la decisión de llevarlos remolcados a Corrientes (para repararlos en dique seco) tenían que hacerlo quitando las paletas; pero otra vez se hicieron las cosas mal, los arrastraron con paleta y todo y los terminaron rompiendo más de lo que ya estaban”, denunció con impotencia la mujer, hija del recordado exjefe de Zona Fluvial Posadas, Sixto Ramón Colazo.
Describió la mujer que “al querer girarlos y darlos vuelta para poder arrastrarlos los rompieron. Lo que se debió hacer es haber quitado primero las paletas y arrastrarlos de frente para tener a favor la parte más plana que tienen, y en lugar de eso lo quisieron arrastrar de atrás, con lo cual las paletas chocaron, y al ser tan viejas se rompieron. Desde aquí (Colazo reside en Buenos Aires) los ferroaficionados propusimos el inmediato traslado de técnicos capacitados e idóneos para soldarlos, pero nos rechazaron”, explicó.
“Si no quieren aceptar la ayuda, ¿debo pensar que quieren que se hundan?, se preguntó. Y capaz que están esperando que terminen dando una vuelta campana. Me parece que hay mucha inoperancia, que las cosas no son así. Si firmás un compromiso, tenés que cumplirlo. No debemos matar nuestra historia. Tener dos ferris centenarios que no existen en otros lugares en el mundo, le otorga un valor único. No los dejemos a la deriva”, clamó.
Protección sólo en “papeles”
Durante varios años y luego de los pedidos de protección de estas embarcaciones, se iniciaron algunas acciones para restaurarlas y poder hacer uso de ellas. A finales de los ‘90, por ejemplo, la Municipalidad de Posadas junto al Sindicato de Conductores Navales y Fluviales y la Asociación de Profesión de Capitanes y Baqueanos Fluviales iniciaron las tareas de recuperación del “Banco Motor Roque Sáenz Peña”.
En 2012, la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y el Gobierno misionero firmaron un convenio que establece que el Estado provincial es el responsable del mantenimiento y preservación de estos patrimonios históricos-culturales. Sin embargo, en la actualidad, se conocieron hechos delictivos de robos y hurto que afectaron las embarcaciones que, según pasan los años, empeoran.