Una propuesta que buscó evaluar la viabilidad real de las bombas de semilla como herramienta de reforestación en ambientes degradados de Misiones demostró bastantes limitaciones al lanzarlas en ambientes naturales, pero también fue posible registrar su alta eficacia en los invernaderos, lo cual podría habilitar nuevas estrategias técnicas frente a la problemática.

La iniciativa llevada adelante por estudiantes de segundo año de la Tecnicatura Superior en Gestión Ambiental que se dicta en la escuela Superior Provincial 1 Martín de Moussy se centró en comprobar la germinación de especies locales mediante cápsulas elaboradas con arcilla, materia orgánica y semillas, aplicadas tanto en campo como en condiciones controladas de invernadero, “ya que existen cientos de experiencias de su uso en el país, pero es limitada, e incluso casi inexistente, la documentación que existe al respecto de su funcionalidad”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el profesor Emilio De Lima, al frente de las Prácticas Profesionalizantes de la carrera.
“Para esta experiencia se seleccionaron dos especies nativas de alto valor ecológico: timbó colorado (Enterolobium contortisiliquum) y cañafístola o yvyra pytá (Peltophorum dubium), ambas reconocidas por su importante valor ambiental en el monte y en las ciudades donde son muros naturales para resistir temporales meteorológicos”, dijo.
Y luego agregó: “En total se trabajó con 240 semillas, 120 de cada especie, divididas entre ensayos en suelo directo y en invernadero. A la vez se realizó una prueba testigo para medir su poder germinativo sin el uso de bombas”.
Según contó el docente, todos los datos obtenidos fueron analizados estadísticamente e interpretados considerando variables ambientales propias de la región, ya que no sería lo mismo arrojarlas en períodos de seca y de calor, que en días templados y húmedos.
“Nos enfocamos en buscar una solución a algún problema ambiental que tuviera que ver con incendio o deforestación, y el avance del hombre sobre la parte natural del ecosistema. Siempre se proponen distintas alternativas para la restauración ambiental, entendida como la programación integral de un plan para recuperar los ecosistemas naturales y sus servicios. Las bombas de semillas son algunas de ellas, pero no se tenía certeza escrita de su eficacia”, insistió.
“Los chicos hicieron un ensayo en terreno, en un lugar afectado por incendio en la cuenca del arroyo El Zaimán, en el Parque Tecnológico, y otro en un ambiente controlado, específicamente en el invernadero del Jardín Botánico donde se trabaja en la producción e investigación de especies nativas”, señaló.
“La metodología incluyó la extracción de arcilla, recolección de frutos de árboles madres, tratamientos pregerminativos y el armado de las bombas”, contó en tanto Eduardo Rodriguez, alumno e integrante de la experiencia.
“Ellos hicieron todo: la extracción de la arcilla, buscaron frutos de dos especies nativas y también se propuso una prueba testigo. Se midió el poder germinativo de cada especie para demostrar que tienen un alto potencial. Después se pasó a la parte experimental”, describió a su lado De Lima.
Anabella Cardozo, otra integrante del equipo, remarcó que el proyecto se desarrolló a lo largo de varios meses: “Surgió en mayo con la programación de las tareas. En agosto se hicieron las gestiones, y en septiembre pasamos a la parte experimental y en octubre se volcó el trabajo de gabinete”, precisó la joven, quien destacó además el valor pedagógico de la experiencia: “Esta actividad nos permitió integrar conocimientos sobre suelo, agua, especies nativas y ecosistemas, además de generar una planificación y desarrollar una propuesta concreta para la restauración ambiental”.
Más allá de los resultados, De Lima enfatizó la importancia de evaluar científicamente cualquier técnica de restauración.
“Muchas personas hacen bombas y las tiran, pero nadie escribió ni publicó cuál es el resultado de esto. Un plan de restauración ambiental no solo implica intervenir, sino hacer seguimiento y readecuaciones”, advirtió enfático el catedrático.
En ese sentido, todos los datos que se desprenden del proyecto serán presentados en un congreso académico en Córdoba, ya que permitirán profundizar la investigación.
“Lo importante es que las bombas de semilla funcionan, siempre que el ambiente esté controlado. Pero en campo hay que tener en cuenta un montón de variantes”.








