El Proyecto de Ley de Presupuesto Nacional 2026, que el Gobierno confía se aprobará en el Congreso, prevé un ligero repunte real del 4,4% al 8% en el gasto educativo nacional, pero mantiene la inversión en niveles históricamente bajos: solo el 0,75% del PIB, según un informe publicado por Argentinos por la Educación.
Aunque la función Educación y Cultura crecerá nominalmente un 23% respecto a 2025 -la quinta con mayor aumento entre todas las funciones del Estado-, el gasto sigue muy por debajo del máximo alcanzado en 2015 (1,59% del PIB) y acumula una caída del 55% en términos reales desde entonces.
Derogación del piso del 6%: fin de un consenso histórico
Uno de los puntos más polémicos del proyecto es la derogación expresa del artículo 9 de la Ley de Educación Nacional (2006), que establecía como obligación legal destinar al menos el 6% del PIB al gasto educativo consolidado (Nación + provincias). Según los autores del informe -Javier Curcio (UBA-CONICET), María Sol Alzú y Martín Nistal-, ese piso se cumplió solo una vez, en 2015, y su eliminación “vacía de contenido un compromiso colectivo clave para garantizar el derecho a la educación”.
Cabe recordar que las provincias financian el 75% del sistema educativo; el Estado nacional, apenas el 25%. Por eso, incluso con el 6% cumplido, el aporte federal no superaría el 1,5% del PIB -y hoy está por debajo de 0,8%.
Plan Nacional de Alfabetización: más horas, menos formación docente
En su segundo año de implementación, el Plan Nacional de Alfabetización experimenta una reconfiguración radical. Mientras en 2025 el 70% de sus fondos iban a acciones pedagógicas complementarias (PROMA), en 2026 el 82% del presupuesto ($477.000 millones) se destinará a la universalización de la jornada extendida.
Al mismo tiempo, la partida para formación docente en alfabetización se reduce un 25%, y las acciones PROMA caen un 97%. “Esto sugiere un viraje de lo cualitativo (mejor enseñanza) a lo cuantitativo (más tiempo escolar)”, advierte el informe.
¿Ganadores y perdedores?
- ✅ Educación obligatoria y no universitaria: crece un 50,4% nominal (hasta 14,6% del presupuesto de la Secretaría), impulsada por el Plan de Alfabetización y el Fondo de Compensación Salarial Docente (+428%).
- ❌ Educación universitaria: aunque sigue concentrando el 77% del gasto, su aumento nominal es apenas del 14,8%, lo que equivale a estancamiento o caída real, según la inflación esperada.
- ❌ Infraestructura, TIC y calidad: programas como Conectar Igualdad, Mejoramiento de la Calidad Educativa y Infraestructura y Equipamiento fueron eliminados o recortados hasta un 63%.
Un dato paradójico: mientras el gasto educativo nacional se contrae, el Fondo de Compensación Salarial Docente -destinado a apoyar a las provincias con los salarios de docentes- aumenta un 428% nominal, pasando de $500 millones a $2.600 millones.Pero su peso sigue siendo simbólico: representa solo el 0,4% del presupuesto total de la Secretaría de Educación.
“El 2026 marca un alivio frente al ajuste brutal de 2024–2025, pero no revierte la tendencia descendente de la última década”, concluye el análisis. Los expertos instan a reabrir el debate sobre un acuerdo federal de financiamiento educativo y a vincular la ampliación de la jornada con inversiones en docencia, materiales y evaluación.
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