Creció en el país la cantidad de jóvenes que terminan la secundaria. Los datos muestran que la primaria (obligatoria desde hace más de un siglo) se encuentra universalizada, con una tasa de finalización del 96,4% entre los jóvenes y adultos de 25 a 30 años. En la secundaria (obligatoria desde 2006), 3 de cada 4 jóvenes (74,2%) obtuvieron su título en 2024.
En la última década, la terminalidad secundaria en jóvenes de grupos socioeconómicos de menores recursos (primer quintil) creció 18,5 puntos, mientras que en el 20% más rico –donde ya estaba casi universalizada– apenas varió.
Las cifras surgen del informe “Terminalidad educativa: foco en la secundaria”, de Argentinos por la Educación, elaborado por Viviana Postay (especialista en gestión educativa), María Sol Alzú y Martín Nistal. A partir de los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, el informe releva las tasas de finalización de los niveles primario, secundario y universitario en los jóvenes argentinos de entre 25 y 30 años en 2014, 2019 y 2024. Además, analiza las desigualdades por género y por nivel socioeconómico, entre otras dimensiones.
La brecha más grande
Entre las personas de 25 a 30 años, la tasa de finalización de la escuela aumentó del 67,6% en 2014 al 74,2% en 2024. Hay una brecha significativa por nivel socioeconómico: en el quintil más pobre, 6 de cada 10 jóvenes terminan la secundaria, mientras que en el quintil más rico son 9 de cada 10. La terminalidad es más alta entre las mujeres (77,4%) que entre los varones (70,9%).
Si bien persisten desigualdades por género y por nivel socioeconómico, entre los jóvenes más pobres (los del quintil más bajo) el salto fue mayor: la terminalidad pasó de 41,5% a 60,0%.
“El crecimiento de la terminalidad en este nivel es un logro democrático importantísimo que no debe minimizarse, en particular por el aumento registrado de estudiantes de sectores sociales empobrecidos e históricamente excluidos de este espacio de formación que están logrando completarlo. El desafío continúa siendo compatibilizar esta positiva expansión del nivel con aprendizajes reales”, afirmó Viviana Postay, coautora del informe.
El desafío de la calidad:
“El informe pone de manifiesto una deuda con los sectores de menores recursos: si bien mejoraron la terminalidad, aún 4 de cada 10 estudiantes de los quintiles de menores ingresos tienen secundaria incompleta”, señala Romina de Luca, investigadora del Conicet y coordinadora del área de educación del CEICS.
Y agrega: “Si bien los números hablan de la mejora en el desempeño de las escuelas, esto no puede interpretarse en ausencia de la modificación de los regímenes académicos del nivel secundario y de las flexibilizaciones en las promociones introducidas durante la pandemia”.
Más allá de la finalización de la secundaria, los autores señalan también el desafío de la calidad: como mostró un informe previo de Argentinos por la Educación, actualmente solo el 63% de los estudiantes llega en el tiempo teórico al último año de secundaria (es decir, sin haber repetido ni abandonado), mientras que apenas 10 de cada 100 estudiantes lo hacen en tiempo y forma, es decir, con aprendizajes suficientes de Lengua y Matemática (según las Pruebas Aprender).





