La medición oficial de la inflación registró 1,9% en agosto mientras que el martes se conocerá el dato de septiembre, que instalaría el nivel en el piso de los dos puntos porcentuales. Con todo, la preocupación volvió a ceñirse en los precios de los alimentos, que continúan siendo el principal desafío del Gobierno, ya que tienen una fuerte incidencia en el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Pese a la reciente estabilidad monetaria que consiguió la gestión nacional tras el anuncio del salvataje estadounidense, la consultora LCG, destacó en su informe más reciente que los incrementos en la segunda semana de octubre en alimentos y bebidas fueron del 1,4% en promedio. En su último análisis precisó que “el porcentaje de productos sin variación de precios se mantuvo en 80%, por lo que los aumentos están concentrados en menos productos pero son más pronunciados”.
En ese marco, el rubro de verduras fue el que más impactó en los consumidores, con aumentos del 3,8% semanal, seguido por bebidas e infusiones (2,7%), aceites (2%), frutas (1,8%), lácteos y huevos (1,6%) y carnes (1,3%). El estudio también registró una caída en los precios de las comidas listas para llevar, en un orden del 0,3%.
Esta tendencia tiene correlato con otros estudios. Por caso, el informe Eco Go relevó una suba de 0,9% en la primera semana de octubre en alimentos y bebidas, lo que implicó un recálculo de la inflación de octubre para llegar a 2,6%. Contemplando las diferencias regionales, Analytica registró aumentos de entre 4% y 9% en aceite de girasol a nivel bonaerense y subas de entre 1% y 3% en azúcar, con picos de 8,6% en Misiones y 4,6% en La Pampa.
Según las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), las bebidas alcohólicas habían sido el rubro con segundo mayor suba de precios en agosto de este año (3,5%, solo por detrás del 3,6% del rubro de transportes), mientras que los alimentos (1,4%) aumentaron por debajo de la inflación general (1,9%). Una familia tipo necesita en la Argentina ganar $1.160.780 al mes para no ser pobre En agosto, la línea de indigencia quedó en $550.529.

Trabajadores, jubilados y crianza
El Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD) informaron que la inflación de los trabajadores se ubicó en 2,2% durante septiembre, acelerándose respecto del 1,6% registrado en agosto, un dato similar al IPC de CABA. Se trata del nivel más alto desde abril y marca cuatro meses consecutivos de incremento.
En la medición interanual, el índice alcanzó el 31%, el registro más bajo desde 2018. En tanto, la inflación acumulada en los primeros nueve meses de 2025 llegó al 20,8%. De mantenerse esta tendencia, se proyecta que el año cerraría en torno al 28,6%.
El relevamiento destacó que las divisiones con mayores incrementos fueron Transporte (+3,6%), traccionado por aumentos en pasajes aéreos, vehículos y combustibles; Bienes y Servicios Varios (+2,8%); y Recreación y Cultura (+2,4%), donde incidieron las subas en cuidado personal y paquetes turísticos.
Por el contrario, Alimentos y Bebidas —el rubro de mayor peso en la canasta— mostró un alza más moderada del 1,6%, lo que contribuyó a contener el índice general.
En este contexto de precios acelerados, es fundamental atender la realidad de los sectores más sensibles. En ese sentido, un reciente informe de la Defensoría de la Tercera Edad estableció que la Canasta Básica del Jubilado trepó 26,12% en los últimos seis meses y ya supera el 1.500.000 pesos, con mayor incidencia de gastos en alimentos y medicamentos, según expuso un relevamiento .
La medición que contempla los costos de las principales necesidades de los jubilados alcanzó un valor de 1.514.074 pesos, lo que implica un incremento por encima del 26% respecto al 1.200.523 pesos calculado en abril.
La cifra que exhibe actualmente la canasta se compone en un 27% por consumo de medicamentos, que ascienden a $402.880; un 23% de gastos de alimentación, que escalan a $348.000; un 19% está asociado a vivienda, que demanda $294.000; y un 7% se va en limpieza con un costo de $107.444, entre otros.
El reporte explicó que los valores surgen de “la compulsa de los centros urbanos del país, en donde viven más personas mayores”, precisando que “el relevamiento se hace en la Ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense, las ciudades de Mendoza, Córdoba y Rosario”.
Al analizar los números, desde la entidad sostienen que se trata de “una historia que se repite”, señalando que “los nuevos datos de la Canasta Básica de los Jubilados ratifican la situación de precariedad y miseria en la que se hunde cada vez más el sector”.
Y en la otra punta de sectores sensibles, los hogares necesitaron entre 432.161 y 542.183 pesos para cubrir los gastos de un niño, según su edad, de acuerdo con la canasta de crianza de la primera infancia, la niñez y la adolescencia (0 a 12 años).
Según la última publicación del INDEC, la crianza para un menor de 1 año se ubicó en los 432.161 pesos: 131.480 fueron en costos de bienes y servicios, mientras que los 300.681 fueron gastos del cuidado. Esto representó un aumento del 17,7% en comparación con el mismo mes del año anterior y del 0,9% con respecto a julio.
Para la crianza de un niño entre 1 y 3 años, el costo total fue de 513.406 pesos. Ese número estuvo compuesto por 169.771 pesos en bienes y servicios y 343.635 pesos en cuidados. Interanualmente aumentó 17,9%, mientras que mensualmente se incrementó un 0,9%.
Con respecto a niños de 4 a 5 años, la canasta total fue de $430.996, compuesta de $216.224 en costos de bienes y servicios y $214.772 en costos de cuidado. Esto significó una suba del 19,3% interanual y 0,9% mensual.
Por último, en la franja de 6 a 12 años el costo fue de $542.183, el más alto: $268.227 en gastos de bienes y servicios y $273.956 en gastos de cuidados. Incrementos del 19,2% interanual y del 0,9% mensual.
De esta manera, el aumento en el costo de crianzas se posicionó por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto, el cual fue del 1,9%.

Las canastas según el INDEC
El último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos estableció que el valor de la canasta básica total (CBT) para una familia tipo alcanzó los 1.160.780 pesos. Este monto marca el ingreso mínimo necesario para que un hogar compuesto por dos adultos y dos menores no sea considerado pobre en la Argentina.
El organismo también precisó que la canasta básica alimentaria (CBA), que determina el umbral de indigencia, se ubicó en $520.529 para el mismo tipo de hogar.
De esta manera, las familias que no logran reunir ese monto mensual no alcanzan a cubrir las necesidades mínimas de alimentación.
El organismo estadístico argentino explicó que la CBA se calcula sobre la base de los requerimientos normativos de kilocalorías y proteínas para una persona adulta y luego se ajusta según la estructura de consumo de distintos tipos de hogares. Por su parte, la CBT amplía ese universo e incorpora bienes y servicios no alimentarios esenciales, como indumentaria, transporte, salud y educación.
Por otra parte, un reciente informe de la consultora Analytica, pone a la Patagonia como la región más cara del país: el costo promedio de la canasta básica en septiembre alcanzó los $800.594, con Chubut (790.224 pesos), Río Negro (782.517 pesos), Neuquén (777.616 pesos) y Tierra del Fuego (776.522 pesos) pisándole los talones.
En contraste, las provincias del NEA muestran los valores más bajos: Corrientes (737.440 pesos), Formosa (735.817 pesos) y Misiones (732.793 pesos).
En promedio, la canasta básica representa el 29,6% del ingreso de dos salarios en el norte, frente al 15,5% en el sur.
Las mayores subas del mes se registraron en Río Negro (+3,3%), Neuquén (+2,96%) y Corrientes (+2,94%), mientras que Tucumán, La Rioja y Salta mostraron incrementos más moderados, cercanos al 1,4%.
Desde Analytica explicaron que las diferencias regionales responden a factores como costos logísticos, nivel salarial y carga impositiva.
Aun así, el estudio advierte que, aunque la inflación mensual siga desacelerándose, el alivio todavía no llega a las góndolas: llenar el changuito sigue siendo una de las pruebas más duras del mes para los argentinos.





