Desde el equipo de Cultivos Anuales de la Estación Experimental Agropecuaria INTA Cerro Azul, la genetista Silvina Fariza remarca la importancia de implementar estrategias de manejo integrado para reducir riesgos y sostener los rendimientos.
Chicharrita del maíz
El Dalbulus maidis, más conocido como la chicharrita del maíz, es un insecto que pertenece al Orden Hemiptera, familia Cicadellidae. Se caracteriza por tener en el vértice de la cabeza dos manchas negras, rodeadas de un borde blanco. Es de tamaño pequeño (entre 3 a 4 mm) de color amarillo rojizo. Sin embargo, la coloración puede variar según las temperaturas.
Este insecto causa dos tipos de daños en los cultivos. En primer lugar, un daño directo, que lo realiza al alimentarse, ocasionando con su aparato bucal del tipo picador-suctor pequeñas perforaciones en la lámina de las hojas. Además, excreta una sustancia azucarada que favorece la aparición de un hongo denominado fumagina (dejando la hoja de coloración negruzca). A su vez, el segundo daño directo lo produce la hembra al depositar sus huevos, debido a que tiene un aparato ovipositor aserrado, causando pequeñas lesiones en las hojas.
Sin embargo, el perjuicio más importante que ocasiona la chicharrita del maíz, es el daño indirecto al transmitir enfermedades asociadas al achaparramiento o raquitismo del maíz: Fitoplasma (Enrojecimiento del maíz); Spiroplasma Kunkelii (Amarillamiento del maíz) y Virus del Rayado Fino. Estos patógenos, solos o combinados, producen la sintomatología y enfermedad compleja denominada “achaparramiento o raquitismo del maíz”.
Es muy importante destacar que Dalbulus maidis se alimenta y se reproduce exclusivamente del cultivo de maíz. Sin embargo, se la puede encontrar refugiada en otros cultivos como malezas, cubiertas verdes, plantas de yerba mate e inclusive en el monte.
Por todo esto es importante considerar la realización de un manejo cultural, que consiste, entre otras acciones, monitorear la presencia de la chicharrita de manera temprana, realizando varios recorridos en el lote de maíz. El estadio más vulnerable del cultivo es de hasta 8 hojas.

Recomendaciones
Existen varias acciones clave que ayudan a disminuir el riesgo. En primer lugar, es fundamental eliminar las plantas voluntarias de maíz o “guachas”, que suelen aparecer en los bordes de caminos o a partir de espigas germinadas. También se recomienda realizar un vacío sanitario de más de 90 días y evitar las siembras escalonadas, ya que estas prácticas reducen la continuidad del insecto en el lote.
Otro aspecto importante es la elección del germoplasma: si bien todavía no existen híbridos resistentes al complejo del achaparramiento, algunos materiales presentan mejor tolerancia. Además, es clave utilizar semillas certificadas y curadas, que garantizan una buena implantación.
Por último, se pueden aplicar insecticidas foliares de contacto o translaminares, según el estadio en que se encuentre el insecto, para lograr un control más eficiente.
El cultivo de maíz en Misiones abarca desde variedades criollas al desarrollo de nuevos materiales mejorados genéticamente, ¿cómo impacta esto frente a vectores como la chicharrita del maíz?
El uso de variedades criollas, adaptadas a las condiciones locales de suelo, clima, plagas y enfermedades, podrían tener un comportamiento diferencial ante el estrés ocasionado por algunos de los factores mencionados. Estas variedades han sido conservadas y seleccionadas por los propios agricultores según sus gustos, usos y necesidades.
Estas prácticas no solo aseguran las futuras cosechas, sino que también contribuyen a la mejora continua de las variedades criollas. De este modo, se obtienen semillas de alta calidad, adaptadas a diversas regiones y contextos culturales, fortaleciendo la resiliencia de los sistemas agrícolas.
En este sentido, cabe mencionar el aporte que desde las instituciones públicas de ciencia y técnica se realiza al sistema agrícola, aportando material genético mejorado, que ha sido desarrollado y seleccionado localmente, adaptado a las condiciones edafoclimáticas locales. Este es el caso de Bautista INTA, una variedad de polinización libre, a partir de la cual los productores que adquieren estas semillas pueden cosechar y guardar sus propias semillas para ser usadas en las próximas campañas.
En este momento, el Equipo de Cultivos Anuales de la Estación Agropecuaria Cerro Azul se encuentra trabajando en la selección de Bautista INTA, con tolerancia al complejo del achaparramiento del maíz, seleccionando aquellas plantas que mejor respondan al ataque de Dalbulus Maidis; mediante cruzamientos controlados y que conformarán la base para la siguiente generación.
Contacto para consultas: [email protected]
Colaboración de Francisco Pascual y Martín Ghisio.





