Lejos quedó el prometido “crecimiento en V”. Vieja la frase de “crecer como pedo de buzo”. Rancia, la bandera del libre mercado. Falsa, la cruzada contra la casta. Solo persisten -y se reciclan- los insultos y los agravios. Pero cuando no vienen acompañados de resultados tangibles, no son más que eso: palabras que destilan odio, sin el menor volumen de soluciones.
Se puede insultar durante un tiempo y mantener viva la base ideológica. Se puede engañar durante unos cuantos meses a un electorado reñido con la dirigencia anterior. Pero no se puede sobrevivir tanto solo con eso. Y cuando, casi por desesperación, en el relato oficial se cuela el famoso “lo peor ya pasó”, entonces la base se llena de dudas. Sobrevienen los nervios. Porque cada vez que un Presidente dijo eso en Argentina nada bueno vino después.
Se corre el velo, y detrás de los agravios y las promesas aparece lo de siempre: una dirigencia de espaldas al pueblo, obstinada en predicar optimismo mientras se enriquece al mismo ritmo que se deshilacha el tejido social. Una clase política que empuja las expectativas hacia adelante solo para abrir surcos a beneficios propios. De repente se multiplican los escándalos y las sospechas de corrupción. Se evidencia un poder puesto al servicio del propio poder para que no avancen las investigaciones judiciales ni las comisiones legislativas que ponen la lupa sobre asesores, secretarios… las hermanas.
En este escenario, cuesta imaginar qué tiene aún para ofrecer un gobierno que, a punto de cumplir la mitad de su mandato y tras haber ajustado a todos —menos a la casta— presenta esta realidad como un éxito. Cuesta proyectar la segunda mitad sin imaginar un camino plagado de tensiones, frustraciones y angustias.
“El mejor Gobierno de la historia”, celebran en redes sociales mientras niegan la emergencia pediátrica. “Mandril, decime qué se siente”, cantan abrazados mientras envían a policías a reprimir a jubilados todos los miércoles. Se vanaglorian por supuestos logros en la macro que se diluyen ante la primera tormenta política. Disimulan con índices endebles y metodologías forzadas lo que salta a la vista en góndolas, sueldos y la calle. “Estamos a mitad del río”, grafican, como si a trabajadores y jubilados les quedaran opciones más allá de resistir.
Al fin y al cabo… ¿en qué se diferencian de aquello que vinieron a cambiar? ¿Qué verdadero aporte hicieron hasta ahora a la batalla cultural que dicen impulsar?
Las recientes “piñas” en el Congreso y en las elecciones provinciales se acumulan casi al mismo nivel que los escándalos. La criptomoneda $Libra, las maletas que eludieron los controles aduaneros, las sospechas de una red de recaudación de sobornos en la compra de medicamentos, por nombrar los principales. Es peligroso celebrar y vanagloriarse de llevar a cabo “el mayor ajuste de la historia argentina” mientras se intentan ocultar esos escándalos. ¿Dónde está, entonces, la distancia entre esto y todo lo que hubo antes?
Causa
El miércoles la Cámara de Diputados rechazó con contundencia el veto a la declaración de emergencia en pediatría y al financiamiento universitario. El jueves, el Senado rechazó el veto presidencial a una ley que redistribuye automáticamente los fondos del Aportes del Tesoro Nacional (ATN) entre las provincias. Fueron “piñas” significativas. Pero objetivamente la segunda fue la que más dolió.
La votación fue contundente: 59 senadores a favor, 9 en contra y 3 abstenciones, superando ampliamente los dos tercios requeridos. Esta medida busca revertir parte del ajuste fiscal implementado por el Gobierno nacional, que genera tensiones con gobernadores de al menos 22 provincias.
La ley había sido aprobada en la Cámara de Diputados con amplio consenso opositor y fue sancionada por el Senado en un contexto de creciente descontento social.
Las tensiones en Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Tucumán y Santa Fe evidencian el malestar por recortes en salud, educación y seguridad. Los gobernadores, antes aliados del oficialismo, ahora se afirman en una línea para defender sus recursos.
Esta derrota legislativa se suma a la reciente caída de Milei en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, donde el peronismo obtuvo una ventaja de casi 14 puntos. El rechazo al veto presidencial refleja la creciente debilidad política del Presidente, su aislamiento en el Congreso y la casi nula capacidad negociadora de su fuerza política.
Efecto
Durante la semana que terminó, la economía argentina vivió uno de sus momentos más delicados desde la asunción de Javier Milei y nada de lo que hicieron el Presidente y su equipo calmó los temblores, sino todo lo contrario. La tensión cambiaria vuelve a escalar. La caída de los bonos soberanos, el aumento del riesgo país y la ampliación de la brecha entre el dólar oficial y los financieros reflejan una creciente desconfianza del mercado hacia el rumbo económico del Gobierno.
Pese a los anuncios del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre la solidez del plan y una supuesta ayuda externa, los inversores exigen señales concretas. El Banco Central ya vendió más de US$ 1.600 millones para frenar la suba del dólar, y los analistas advierten que, de seguir así, podría perder hasta US$ 16.000 millones antes de las elecciones de octubre. De hecho, el viernes la autoridad monetaria tuvo otra jornada de ventas y desembolsó US$ 678 millones en el mercado para frenar la suba del dólar. Fue la mayor venta en un solo día de los últimos seis años.
El riesgo país superó los 1.500 puntos y los mercados descuentan una posible devaluación si no aparecen los dólares prometidos. La caída del 50% en la coparticipación afecta a provincias y municipios, mientras la economía real sigue en retroceso.
A esto se suma la expectativa de default, la demora en definiciones sobre financiamiento y el malestar por medidas que restringen aún más la operatoria cambiaria. Con escasas reservas netas y una fuerte presión política y financiera, la estabilidad del esquema actual está cada vez más en duda.
El presupuesto 2026, lejos de calmar los ánimos, agudizó el escepticismo: sus proyecciones son consideradas poco creíbles, especialmente el tipo de cambio previsto.
Mientras tanto, crece la brecha entre el dólar oficial y el financiero, regresan las maniobras especulativas y aumentan las apuestas por una inminente devaluación.
A pesar del superávit fiscal anunciado por el ministro Caputo, persisten las dudas sobre su consistencia, sobre todo por el creciente costo de intereses y vencimientos de deuda en dólares.
Pensiones y Justicia
“No me imagino una Misiones sin la UNaM, ni una zona centro sin su hospital”, dijo Oscar Herrera Ahuad en las horas previas a las dos sesiones (Diputados y Senado) que le torcieron el brazo al poder central.
Las malas decisiones de la Nación no solo se tuercen en el Congreso. La Justicia de Misiones ordenó la restitución de cuatro pensiones por discapacidad que habían sido dadas de baja de forma arbitraria. La medida, dispuesta por la jueza Carmen Carbone, consideró que se vulneraron derechos fundamentales al suspender estos beneficios sin el debido proceso.
La resolución obligó al Gobierno nacional y a la Agencia Nacional de Discapacidad a restituir las pensiones. El fallo beneficia a familias de Apóstoles, Candelaria, Garupá y San José, y podría sentar precedente para casos similares.
Al respecto, el vicegobernador Lucas Romero Spinelli recordó la acción judicial emprendida ante la Justicia Federal por instrucción del gobernador Hugo Passalacqua. La misma exige el “inmediato restablecimiento del pago de las Pensiones No Contributivas por Invalidez y demás beneficios conexos, suspendidos de manera ilegítima por el Estado nacional y la ANDIS desde marzo de 2025”.
En tanto, el mandatario misionero inauguró en Puerto Iguazú las XXXVII Jornadas Nacionales e Internacionales de los Ministerios Públicos, junto a autoridades judiciales nacionales e internacionales. Passalacqua destacó el proyecto de presupuesto 2026 que garantiza la autarquía del Ministerio Público, y llamó a fortalecer la cooperación institucional para mejorar la vida de la gente.
De su lado, la presidenta del STJ, Rosana Venchiarutti, celebró esta autonomía como una mejora para el acceso a la justicia. Los procuradores Carlos Giménez y Eduardo Casal, junto a referentes del ámbito penal, coincidieron en que se trata de un avance clave para la independencia judicial.
En otro orden, frente a la crisis generalizada que pone al país frente a una compleja realidad, la Provincia relanzó el programa provincial “Ahora Inter PyMEs”, que estará vigente todos los viernes de octubre. La iniciativa permite a empresas misioneras realizar compras entre sí con tarjeta Visa Business del Banco Macro en 12 cuotas sin interés, con un tope de $10 millones por mes.
Impulsado por el Gobierno, cámaras empresarias y el Banco, el programa busca fortalecer el entramado productivo local y fomentar el comercio interempresarial. En su edición de julio generó ventas por $191 millones.
Sobre esto, el ministro Adolfo Safrán destacó el impacto del financiamiento en la economía provincial, y autoridades del Banco Macro y la Cámara de Comercio remarcaron su carácter innovador y el valor de que “la plata de los misioneros quede con los misioneros”.





