En un país donde los datos oficiales sobre la docencia suelen ser escasos y desactualizados -el último censo educativo nacional docente data de 2014-, una encuesta reciente en la provincia de Misiones arroja luz sobre el perfil, las condiciones de trabajo y las aspiraciones de quienes están al frente de las aulas de primaria. El relevamiento, en el que participaron más de 3.800 docentes, ofrece una valiosa radiografía que desafía algunos prejuicios y subraya la complejidad de una de las profesiones más fundamentales para la sociedad.
El estudio, impulsado por el Ministerio de Educación provincial, el Consejo General de Educación (CGE) y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), confirma que la docencia primaria es un bastión femenino: nueve de cada diez maestras son mujeres. A pesar de que la edad promedio es de 43 años y la gran mayoría cuenta con estabilidad laboral, casi la mitad de las docentes tienen una carga horaria superior a un turno y un 22% se desempeña en más de una institución. Esta realidad, conocida como “pluriempleo docente”, no solo responde a una necesidad económica, sino que también revela la versatilidad y el compromiso de un sector que se adapta a las exigencias de un sistema fragmentado.
Un trabajo vocacional con poco reconocimiento
A pesar de las dificultades, el estudio muestra un fuerte arraigo a la profesión. Siete de cada diez docentes manifiestan su intención de continuar en el aula, una cifra que contrasta con el 27% que piensa en la jubilación o en un cambio de actividad. Este dato es particularmente significativo si se considera que un 38% de los encuestados percibe que su trabajo es poco valorado por la sociedad y las familias. La vocación, por lo visto, es un motor más fuerte que el reconocimiento.
Los hallazgos de la encuesta también revelan una elección llamativa: el 45% de los docentes elegiría trabajar en escuelas rurales, mientras que un 20% se inclinaría por enseñar en primer grado. Estos datos, según los investigadores de FLACSO, sugieren una disposición a enfrentar los mayores desafíos de la tarea: la labor en zonas más remotas y desprovistas, o el crucial rol de acompañar los primeros pasos en la alfabetización de los niños.
“Algunas de las elecciones de los/as docentes pueden interpretarse con los aspectos desafiantes de la tarea: enseñar en escuelas ubicadas en zonas alejadas y más desprovistas, por ejemplo, o trabajar con niños y niñas más pequeños/as en sus procesos de alfabetización”, destaca Nancy Montes, investigadora de FLACSO, una de las responsables del relevamiento.
La brecha digital: el celular como herramienta de supervivencia
En un mundo cada vez más digitalizado, el relevamiento deja al descubierto una notable brecha tecnológica. Apenas un tercio de los docentes tiene una computadora o notebook de uso exclusivo, y una cuarta parte no dispone de ningún dispositivo en su hogar. En la práctica, el teléfono celular se convierte en el principal aliado tecnológico de los maestros, lo que evidencia la necesidad urgente de políticas que garanticen una infraestructura y conectividad adecuadas en las escuelas.
A pesar de estas carencias materiales, el estudio resalta el interés de los docentes por incorporar la tecnología. Si bien demuestran habilidades en el manejo de dispositivos y en la selección de recursos didácticos, reconocen su menor dominio en el uso de herramientas más avanzadas como la inteligencia artificial.
“Los/as docentes declaran buena disposición al uso de tecnologías digitales en las aulas y también en su propia formación, aunque reconocen la necesidad de buenas condiciones de infraestructura y conectividad para eso”, señaló Montes.
Sed de formación: el motor del cambio
Quizás el dato más alentador del informe es la fuerte participación en la formación continua. Nueve de cada diez docentes han realizado algún curso en los últimos cinco años, lo que demuestra una clara conciencia de la necesidad de actualización profesional. Los llamados “Ateneos Didácticos”, una propuesta provincial con un enfoque colaborativo, son altamente valorados y han logrado acercar herramientas prácticas para el aula.
Las prioridades en cuanto a formación son claras y pragmáticas: los docentes buscan fortalecer sus conocimientos en la enseñanza de Lengua y Matemática, profundizar en la inclusión educativa de alumnos con discapacidad y mejorar el uso de las tecnologías en el aula. Estas demandas, expresadas directamente por los propios profesionales, se convierten en una brújula indispensable para la política educativa.
La encuesta no es solo una instantánea; es una herramienta de planificación. Los datos permitirán diseñar programas de capacitación y políticas públicas que respondan a la realidad de las escuelas. En definitiva, esta radiografía ofrece una base sólida para que las decisiones no se tomen a ciegas, sino a partir de la experiencia, el compromiso y las necesidades de quienes, todos los días, construyen el futuro en las aulas misioneras.





