A pesar de estar en una etapa de pleno crecimiento físico y hormonal, muchos jóvenes se enfrentan a desafíos en su alimentación que van más allá de los nutrientes. La presión estética, la idealización de cuerpos perfectos en redes sociales y la distorsión de la imagen corporal se convierten en un cóctel de riesgo que, si no se detecta a tiempo, puede derivar en trastornos alimentarios.
Así lo advirtió Carina González, nutricionista y especialista en salud deportiva, en diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones. La profesional hizo un llamado a los padres y adultos a prestar especial atención a los hábitos alimenticios de sus hijos y a fomentar un ambiente familiar que promueva una relación sana con la comida y el propio cuerpo.
Señales de alerta que los padres deben identificar
Según González, la adolescencia es un período de alta demanda energética. El cuerpo requiere un aporte nutricional extra para afrontar los cambios hormonales y el crecimiento acelerado. Sin embargo, la nutricionista señaló que es en esta etapa donde suelen manifestarse las primeras restricciones alimentarias, un signo que debe encender las alarmas.
“Una de las principales pautas de alerta es cuando el adolescente empieza a restringir alguna de las comidas o busca excusas para no cenar o almorzar. También es un indicador de riesgo el exceso de actividad física, que se utiliza como una forma de compensación“, explicó González.
La experta subrayó que la comunicación familiar juega un rol crucial. El hecho de que se hable constantemente del cuerpo de otros, ya sea en la familia o en los medios, genera un ambiente propenso a las comparaciones y a la inseguridad en los jóvenes.
El mito del “cuerpo perfecto” y las redes sociales
Un factor determinante en esta problemática es la influencia de las redes sociales y los medios de comunicación. La exposición constante a imágenes “hegemónicas”, cuerpos idealizados y, en muchos casos, retocados con filtros y photoshop, distorsiona la percepción de la realidad.
“Los jóvenes idealizan cuerpos que no existen. Es vital que los padres hablen con ellos y les hagan entender que lo que ven en las redes no siempre es real. Todos tenemos arrugas, celulitis, y cada cuerpo es único“, afirmó la nutricionista, enfatizando que no existe un “cuerpo perfecto”, sino una diversidad de tallas, estaturas y formas. La meta no debe ser alcanzar un estándar de belleza, sino mantener un estado de salud integral.
Bases de una alimentación saludable para adolescentes
Para la especialista, una alimentación ideal para los jóvenes debe ser variada y sin restricciones constantes. Las claves, según su recomendación, son:
Proteínas: Un buen consumo de proteínas es fundamental para el crecimiento muscular y el desarrollo.
Frutas y verduras: Abundante ingesta para asegurar vitaminas, minerales y fibra.
Hidratación: Consumo constante de agua para un correcto funcionamiento del organismo.
Evitar ultraprocesados: Limitar el consumo de alimentos con bajo valor nutricional, ricos en azúcares y grasas saturadas.
González concluyó que el acompañamiento y el diálogo son herramientas esenciales para que los adolescentes transiten esta etapa de manera saludable y desarrollen una relación positiva y consciente con su cuerpo y su alimentación.




