El Consejo Veterinario de Misiones alertó sobre llamados sospechosos en los que una persona cita telefónicamente a profesionales simulando una urgencia veterinaria en una zona alejada de Posadas. Aunque nadie cayó en el engaño, justamente por lo alejado del lugar donde sería la supuesta atención, lo que hizo sospechar que se estaba frente a un intento de estafa, robo o algo mayor, y encendió las alarmas, fue un episodio más grave que afectó a un prestador de servicio de taxi para mascotas.
El trabajador en cuestión recibió el pedido del servicio y sí acudió al lugar, pero en vez de la finca, se encontró con un grupo de hombres que se identificaron como “custodios” de quien había hecho el llamado, e intentaron bajarlo del auto bajo amenazas para “requisarlo”, pero se resistió y pudo huir del lugar. En simultáneo, la familia del trabajador recibió un llamado porque supuestamente lo tenían secuestrado.
Al hacer público lo que le pasó comenzó una catarata de comentarios de al menos 14 veterinarios que habían sido contactados por la misma persona, con el mismo pedido en una zona del Porvenir II, pero más a las afueras del mapa capitalino.
Ante la situación, que para muchos es de “extrema gravedad”, además de hacer público lo que pasa, para alertar a todos los colegas, el Consejo analiza medidas preventivas y ya pidió a los trabajadores denunciar cada caso.
“Uno se pone a pensar que estas son modalidades que antes veía en las noticias de Buenos Aires, ¿no? Y hoy uno lo ve trasladado acá, o posiblemente a punto de trasladarse acá. Entonces, bueno, encendió todas las alertas”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el presidente del Consejo Profesional de Veterinarios de Misiones, Pablo Castillo, al describir la preocupación que atraviesa su sector.
“Si bien no se concretó un secuestro o un robo, la maniobra encendió todas las alarmas en el ámbito veterinario, ya que varios colegas están siendo contactados con llamadas similares en los últimos días”, acotó.
A su vez, explicó que apenas detectada la situación, se comenzó a trabajar en mecanismos de prevención y comunicación interna.
“Lo que también hicimos fue contactar a un comisario para que nos asesore sobre cómo recepcionar las denuncias de forma colectiva y le hemos pedido a los colegas que se acerquen a aportar la información que tengan”, pidió.
Un modus operandi repetido
De acuerdo al relato de veterinario, el denominador común en los casos detectados fue similar: uno de los delincuentes se comunica con los profesionales solicitando una atención en zonas alejadas y sin señal de celular.
“Esto, si bien pone en alerta a cualquier trabajador independiente, en este caso apuntaron a los veterinarios”, añadió.
“Yo, como parte de la Federación Veterinaria, tengo contacto con colegas de otras provincias y no escuché que estuviesen actuando con esta modalidad en Chaco, Corrientes u otro lado. Pero así como hoy nos toca a nosotros en Misiones, capaz que mañana lo hacen en Chaco y pasado en otro lado”, advirtió.
Para Castillo, la referencia inmediata surgió de un caso ocurrido en México, donde un veterinario fue asesinado en circunstancias similares: “Yo lo leí hace poco, habían contratado sus servicios en una finca de la zona rural de México, al llegar quisieron robarle el auto, pero se resistió y lo mataron. No sé si lo replicaron de ahí o es una modalidad que circula. Pero esto ya sobrepasa al ‘cuento del tío’”, insistió “lo que ocurrió con este trabajador es una modalidad con exposición física”.
Blancos vulnerables
Durante la charla con este Diario el profesional recordó que hace no mucho ya habían atravesado episodios de inseguridad, pero vinculados a la atención fuera del horario comercial.
“En Oberá, en su momento, teníamos la guardia nocturna de fines de semana. Después se limitó hasta las diez de la noche porque había situaciones de exposición. Muchas veces quienes atienden esas guardias son mujeres, y se quedan solas. Después de la pandemia incluso pedíamos a la policía que supiera dónde íbamos a estar, no para poner un patrullero enfrente, pero sí para reaccionar más rápido si pasaba algo”, detalló.
Para el hombre, la vulnerabilidad de quienes trabajan a domicilio o en traslados es aún mayor.
“Si vos te ponés a pensar, no tenés posibilidad de disparar para ningún lado si te salen con un ‘dame lo que tenés’”, graficó.
“Es importante hacerle entender a la gente que tiene que denunciarlo”
Consultado por PRIMERA EDICIÓN, el fiscal especializado en Ciberdelitos de Misiones, Juan Pablo Espeche, brindó recomendaciones a tener en cuenta para estar alerta.
A su vez, en coincidencia con el presidente del Consejo Veterinario, Espeche sostuvo que una manera de resguardarse es extremar precauciones y hacer la denuncia ante la policía.
“Es importante hacerle entender a la gente que tiene que denunciarlo para que se investigue”, acotó en primer lugar.
En ese sentido, la falta de denuncias limita el accionar institucional; si el problema queda invisible hasta que ocurra una tragedia, habrá que lamentar lo que se pudo evitar.
En cuanto a las medidas de prevención Espeche sostuvo: “Lo que recomendamos es chequear la información que se tiene sobre el posible cliente. No se confíen, averigüen bien dónde es el lugar al que son llamados. Si brinda una red social fijarse, por ejemplo, hace cuanto tiempo tienen la cuenta y también si las publicaciones de fotografías que hacen son locales. Si no lo son, hay que levantar la guardia. Si la persona muestra actividad en la cuenta y vive acá va a tener al menos una foto local. Si no tiene fotos de acá es posible que ni viva acá”.
Y luego remarcó: “Esas serían algunas maneras de corroborar si las personas que están pidiendo el servicio efectivamente lo quieren o están buscando la manera que esta persona llegue a donde puedan emboscarlo”.
“Hay que dejar aviso de adónde se va, especialmente quienes hacen servicio a domicilio, porque muchas veces es una necesidad real de los clientes. Y sobre todo, denunciar. Hay que denunciar, porque en definitiva es la forma colectiva de cuidarnos”, subrayó.
Casos previos de estafas
No es la primera vez que el rubro veterinario es blanco de engaños. Años atrás, el Consejo debió alertar sobre falsos perfiles en internet que simulaban ser clínicas veterinarias y pedían transferencias por adelantado: “Entrabas a Google, buscabas ‘veterinaria Posadas’ y te aparecía un número modificado. La gente llamaba, pedía turno, pagaba la consulta y después caía en la veterinaria real diciendo que ya había abonado. Detectamos que eran teléfonos del Chaco y que habían modificado los contactos de varias clínicas que aparecían primero en la búsqueda”, recordó Pablo Castillo.
Si bien hasta ahora los intentos no pasaron a mayores, los veterinarios decidieron encender la alarma.





