La falta de dinero circulante y la inflación han golpeado con fuerza a las farmacias de Misiones, provocando una caída significativa en la venta de medicamentos. Según datos del Colegio de Farmacéuticos de Misiones, la retracción interanual ya supera el 20%, lo que obliga a los consumidores a racionar sus compras y a buscar opciones más económicas, como los medicamentos genéricos.
Vania Ilchuk, presidenta de la entidad, explicó en una entrevista radial con FM 89.3 Santa María de las Misiones que la situación es “complicada” y que la gente “se mide en lo que compra”. La tendencia ha pasado de la compra de cajas completas a la adquisición de las dosis mínimas y necesarias, incluso para patologías crónicas. Un patrón de consumo que refleja una clara pérdida del poder adquisitivo.
El dilema de la cobertura social y el auge del genérico
Un factor que agrava esta situación es la reducción de la cobertura social. Ilchuk señaló que muchos medicamentos que antes estaban cubiertos por obras sociales ahora han pasado a ser de venta libre, “esto repercute directamente en el poder adquisitivo de la gente porque ya no puede comprar la medicación que antes sí podía con la cobertura”, afirmó Ilchuk.
Esta realidad ha llevado a un cambio en el comportamiento de los consumidores. En lugar de optar por un medicamento de marca con cobertura parcial, los pacientes prefieren comprar la versión genérica, mucho más económica.
“Todo lo que es omeprazol, pantoprazol y protectores gástricos son los medicamentos donde más se redujo la cobertura, incluso en PAMI, y son precisamente los que más se ven afectados por este cambio de preferencia”, explicó la presidenta del Colegio.
La diferencia de precio, que puede ser sustancial, inclina la balanza a favor del genérico, a pesar de que la obra social ofrezca un 40% de cobertura en el producto de marca.
Dificultades con los medios de pago y los plazos de las obras sociales
La crisis también ha alterado los medios de pago. La escasez de efectivo ha forzado a las farmacias a adaptarse a las billeteras virtuales y las tarjetas de débito y crédito. Si bien esto facilita la compra para el cliente, genera demoras en la acreditación de los fondos para el farmacéutico, lo que afecta la liquidez de los negocios. A esto se suma que cada transacción implica una comisión bancaria, lo que reduce la rentabilidad.
A nivel institucional, las farmacias enfrentan una doble presión. Por un lado, la caída de ventas, y por el otro, la demora en los pagos de las obras sociales, en especial PAMI. “La espera es de 60, 90 días, y la mayoría de las farmacias prestan servicio a los jubilados, por lo que están sintiendo la falta de pago”, detalló Ilchuk.
A pesar de que la situación es crítica, la representante del gremio señaló que no se han visto cierres masivos de farmacias. Si bien algunos establecimientos no logran sostenerse y son vendidos, otros nuevos abren sus puertas. No obstante, las farmacias sí enfrentan un desafío considerable para mantener a su personal, dado el alto costo de las cargas impositivas y salariales. Si bien la presidenta del Colegio reconoció el esfuerzo por no despedir a personal de larga trayectoria, admitió que “llegado el momento, algunos han prescindido de empleados por no poder costear” los gastos.




