En plena crisis del sector yerbatero y con la desregulación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) aún generando coletazos, los trabajadores rurales que se desempeñan como tareferos en Misiones y Corrientes enfrentan una nueva frustración en las negociaciones salariales: los representantes de buena parte del empresariado ofrecen cero por ciento de aumento y se niegan a reconocer las pérdidas frente a la inflación.
Actualmente, el salario promedio de un peón rural de la yerba ronda los $544.000 mensuales, muy por debajo de la línea de pobreza fijada en $1.100.267 para una familia tipo según datos del INDEC correspondientes a marzo. También se encuentra un 30% por debajo del básico del peón rural general y entre un 22% y 25% por debajo de otras actividades regionales como el té o la forestoindustria.
Pese a esa realidad, las negociaciones paritarias están empantanadas desde 2024. Según informaron desde la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), la suba salarial del año pasado fue de 76%, lejos de la inflación del 117,8%. Y a esta diferencia hay que agregarle el incremento de precios de 2025, que ya alcanza el 13,3% acumulado hasta mayo.
La situación fue resumida con crudeza por Carmelo Rojas, delegado de UATRE en Misiones: “Con suerte, los tareferos están comiendo. Hoy están en riesgo su alimentación y otras necesidades básicas. Es dramático. Por primera vez ni siquiera alcanzan la mitad de la canasta básica. La situación se agrava cada mes que pasa sin actualización salarial”.
Trabas del Gobierno nacional
Rojas apuntó directamente contra el Gobierno nacional, al que acusó de obstaculizar cualquier intento de avance en la negociación: “La Comisión Nacional de Trabajo Agrario (CNTA), dominada por representantes del Gobierno, impone techos, impide discutir retroactivos y dilata las resoluciones. En diciembre pasado, dejaron tres meses parado un expediente. Ahora, volvieron a enviar el caso a la Comisión Asesora Regional (CAR 9), donde la posición del sector empleador es la misma: no quieren dar aumentos”.
Niegan aumentos
En la reunión paritaria del pasado 18 de junio, solo dos entidades empresarias accedieron a ofrecer una propuesta de aumento: la Sociedad Rural Argentina y la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Ambas sugirieron un 15% de suba, escalonado en tres tramos: 5% en junio, 5% en julio y 5% en agosto. Sin embargo, el resto de las entidades patronales, como CONINAGRO, la Federación Agraria Argentina y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), rechazaron cualquier incremento.
Ante ese panorama, los representantes sindicales enviaron el acta en disidencia a la CNTA, que volvió a derivarla a la CAR sin resolución alguna. “Este miércoles (hoy) hay una nueva reunión, pero no sabemos con qué nos vamos a encontrar. Lo más probable es que se repita el escenario de negativa empresarial y pasividad oficial”, alertó Rojas.
La desregulación del mercado yerbatero, dispuesta por el gobierno de Javier Milei a través del DNU 70/2023 y la posterior derogación de la Resolución 170 del INYM, generó un fuerte desequilibrio en la cadena productiva, con una caída sostenida en el precio de la hoja verde, despidos en secaderos y una brutal transferencia de ingresos hacia las grandes industrias en detrimento del eslabón primario.
“Esto no nos pasa solo a nosotros”, advirtió el delegado de UATRE. “Lo que está ocurriendo en el sector yerbatero es parte de un combo que impide cualquier tipo de negociación salarial en todas las actividades. Pero acá se agrava porque los trabajadores están subsistiendo a duras penas, y en esta época del año eso se nota más: falta ropa de abrigo, no hay dinero para medicación, los chicos no tienen útiles escolares ni calzado”.
La organización gremial reclama que se reconozcan de manera urgente los atrasos inflacionarios, que se garantice un aumento retroactivo y que se respete el derecho a negociar salarios de manera libre, sin imposiciones ni dilaciones.















