Luego del siniestro vial ocurrido el viernes sobre la ruta nacional 12, donde un colectivo de media distancia chocó contra una motocicleta y murieron tres personas:, la comunidad de Santo Pipó se movilizó y logró que el municipio se comprometiera a implementar una serie de medidas urgentes para mejorar la seguridad vial en la zona.
Este lunes por la mañana, vecinos marcharon desde la antigua terminal hasta la Municipalidad para exigir respuestas ante lo que consideran una situación insostenible. La intendente Claudia Acuña recibió a los pipoceños y anunció una serie de acciones que comenzarán a ejecutarse de forma inmediata.
Entre las principales medidas comprometidas por el municipio se destacan:
- Iluminación del camino alternativo que conecta desde la machimbradora hasta la casa del vecino Cristaldo.
- Construcción de una colectora sobre la ruta nacional 12 para unir el barrio Apepú con el centro del pueblo.
- Instalación de luminarias en caminos internos que conectan con la ruta 12.
- Colocación de un radar para el control de velocidad.
Además, se presentó ante Vialidad Nacional un pedido formal para:
- La construcción de colectoras a lo largo del tramo urbano de la ruta.
- Reparación y nivelación de banquinas.
- Reposición de señalización vertical y horizontal en puntos críticos.
Por otro lado, el municipio elevó una solicitud a EMSA para garantizar una iluminación adecuada y continua en el tramo de la ruta 12 que atraviesa la localidad.
Estas medidas surgen como respuesta a la presión de los vecinos, que vienen advirtiendo sobre los peligros del tránsito en la zona y exigiendo intervenciones concretas para prevenir más tragedias.
Heridas abiertas: dos siniestros fatales en el mismo lugar

El viernes pasado, Priscila Venegas (22) y su hijo Gael Zárate (4) fallecieron a raíz de las graves lesiones sufridas tras ser impactados desde atrás por un micro de larga distancia sobre el kilómetro 1417 de la ruta nacional 12, en la zona urbana de la ciudad, mientras circulaban en moto; en tanto que el domingo, murió la tercera ocupante del rodado, Yamila Venegas, de 15 años.
Este siniestro fatal abrió viejas heridas y viejos reclamos también. Es que el lugar indicado carece de señalización, alumbrado público y radares, alicientes que pudieron aportar en la tragedia, más allá de la responsabilidad o no de los conductores de los vehículos.
No es el primer siniestro fatal. En octubre del año pasado, Santiago Correa (36) murió atropellado mientras caminaba a la vera de la ruta 12, en el mismo sitio donde pasó el choque el viernes, a la altura del barrio Apepú de Santo Pipó.










